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1822 21 Abril 2015

 

 

MUROS Y PUENTES
Buenas noticias
Raúl Caballero García

 

Dallas.- El anuncio de Hillary Clinton en días pasados ha establecido los parámetros de la disputa electoral: en tanto que los aspirantes republicanos terminan de salir a la palestra pública, la candidata más sólida del Partido Demócrata ha hecho lo propio.

Clinton ya se adentró en el campo de batalla al comenzar su campaña, lo cual presupone que los estrategas del Partido Republicano ya saben contra quién van... sólo que antes los aspirantes de su gremio se mostrarán al derecho y al revés (esto último involuntariamente) en busca de la nominación, lo cual va en contra de toda estrategia en este momento... o dicho de otro modo, ya saben contra quién van pero dado que no saben quién de los suyos la enfrentará, las posibles estrategias se quedan en meros acertijos.

Así, cuando comience el verdadero pleito -el de los dos nominados con sus respectivas fórmulas- y si lo que hoy se ve en el Partido Demócrata se confirma en las semanas que vienen, es decir, que Clinton sigue sin un rival de peso, llegará a la siguiente campaña, la definitiva por la Casa Blanca, con un amplio camino recorrido e hipotéticamente las alforjas llenas de votos virtuales.

Clinton comenzó campaña en Iowa, el estado que todo candidato respeta por tener un electorado al que se le debe cortejar en corto y en directo; por su sistema de caucus, que implica reuniones comunitarias en las que abordan al candidato de cerca; y porque Iowa se ha convertido en un estado clave e influyente por la inercia de la maquinaria de campañas que, al ser el primero en el calendario electoral, se convierte en una especie de laboratorio nacional. En Iowa los candidatos se persignan, dan su primer paso, entran al ruedo.

Pues bueno, ahí comenzó Clinton su nueva campaña, una vez más avanza con todo a favor: Con fuerza y capital político y bien aprendida -suponemos- la lección del 2008, cuando perdió las primarias ante Obama (precisamente en Iowa). La segunda va la vencida.

Podemos decir que las directrices de sus propuestas ya quedaron delineadas, y son buenas noticias para las minorías, para los latinos, los afroamericanos, las mujeres, los homosexuales y, con todos ellos, los asuntos que les importan, a ellos y a la clase media en general; habrá tiempo desde luego de enfocar con mayor precisión los rasgos de su campaña y los propósitos de su agenda política.

Por ahora cuando apenas esbozamos las fichas de los contendientes, quiero apuntar que Hillary Clinton viene dispuesta a atraer a los electores latinos, ha enfatizado que apoya la acción ejecutiva sobre migración del presidente; lo que implica impulsar la ansiada reforma migratoria, que es uno de los asuntos principales de nuestras expectativas. Con esto y lo dicho en el párrafo anterior ya se ubicó enfrente de toodos sus contrincantes republicanos.

Ciertamente, lo anterior en lo que de entrada nos concierne a los latinos, pero en términos generales, en el fondo de su mensaje (cuando se destapó mediante un video) destaca lo que concierne a todo el pueblo: Combatir la desigualdad social.

En estos días también hemos visto -a partir de su destape- cuál va a ser el caballito de batalla en su contra, pues en cuanto dijo que anunciaría sus aspiraciones por la Casa Blanca, luego luego dirigentes y representantes republicanos salierona decir que la estrella de Clinton declina, que representa al pasado, que sería la continuidad de Obama, y otras sentencias que se pretenden aforísticas pero que rápidamente se trocan humorísticas pues el país (el electorado, la gente) observa y juzga con sabiduría, la carrera de esta mujer, sus estudios y el ejercicio de su profesión, sus actividades como primera dama, como senadora, como secretaria de Estado, la suma de todo ello da por resultado una rica experiencia... que bien puede esparcir desde la oficina oval.

Al día siguiente de su anuncio, Marco Rubio salió a decir lo propio en una acción que muchos interpretamos con intención de robar cámara, incluso alardeó de que la elección presidencial de 2016 será una “selección generacional”; y todavía más, se animó a declarar que Clinton es “una líder de ayer”; dicho desplante no podía ser más arrogante... penoso desde mi perspectiva, pero hace resaltar la gran diferencia de estaturas políticas.

Los desfiguros de Rubio se emparentan con las radicalidades de sus compinches de partido y, en fin, para no dejar de señalar que este senador cubanoamericano de Florida es el tercer republicano que se pronuncia como aspirante a la nominación, apuntaré una escena que retrata mi manera de verlo (de hecho ya he escrito suficiente sobre lo que opino de él y sus posturas): durante sus discursos que culminan con su destape ha venido destacando que él es muestra del sueño americano, entre otras monerías, bueno pues afuera del recinto donde hizo su anunció se plantaron varios activistas que lo cuestionan por ser antiinmigrante, uno de ellos sostenía un cartel con la leyenda: “Tu sueño es mi pesadilla”.

Por último, volviendo a Clinton, no creo que nadie que la observe bien -junto con su bagaje político- pueda ver en ella alguien en decadencia, por el contrario, la visión es clara: Hillary Clinton puede ser la primera mujer en ser la presidenta de este país, tiene una estatura de estadista.

 

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth Texas. Para comentarios: Twitter: @laestrelladfw o E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com.

 

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