Suscribete

 
1840 15 Mayo 2015

 

 

Guardianes de la bahía moral
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- Un grupo de expertos de la Ibero han diseñado un algoritmo para bloquear la pornografía infantil. Esta práctica puede ser la mejor alternativa para tipificar el delito de ciberacoso.

El proyecto consiste en que quien se conecte en México a internet tendría como elección inevitable un filtro que lo proteja de este tipo de páginas web. No será una persecución digital de culpables, previa demanda de los afectados, sino una coordinación entre gobierno y proveedores de servicio de Internet que restringe en automático algunos accesos a sitios polémicos.

El diseñó de este filtro es relativamente simple, al alcance de cualquier programador y cancelaría la interface a pornografía extrema, con escenas de violación simulada fuera de la ley, identificaría términos “aberrantes” en los buscadores como Google que ponga sobre aviso a la policía de posibles pedófilos y crearía una sola Big Data para cercar la red de presuntos delincuentes sexuales.

Pero donde realmente la aplicación de este algoritmo de la Ibero se convierte en un riesgo contra los derechos civiles estriba en su solicitud a Google, Yahoo, Facebook y el resto de estas empresas a no permanecer al margen y ayudar a resolver los obstáculos técnicos de esta medida.

Para empezar, ¿por qué me pondrían filtros en la misma proporción como yo impongo barreras a lo que exploran mis hijos en la web? Yo no soy menor de edad. Pero resulta que por default estos filtros estarían activos en el ciberespacio donde navego.

Si, por poner un caso, yo declaro a Google que me elimine esta restricción, tácitamente estaré expuesto a ser tildado de “sospechoso pervertido”. En suma, formaré parte de una sutil lista negra a la que se accede sin querer y de carambola. Esto, sin tomar en cuenta que a veces el exceso de prohibiciones bloquea también el fácil acceso a páginas lícitas, lo que ocasionaría estorbos injustificados. 

En esencia, los ciudadanos no podemos aceptar “guardianes de la moral” que me digan qué hacer o cómo comportarme “por mi propio bien”. Yo me protejo sólo. Y los lectores de esta columna también. Pero resulta que esta oportunidad de ejercitar el libre albedrío comenzaría a diluirse para los ciudadanos si se aplicara este algoritmo. Y luego existen objeciones técnicas: los filtros digitales no eliminan las páginas de alto contenido sexual sino que las esconden. Esto dificulta la detección oportuna de contenidos ilegales. En vez de resolver el problema y poner a disposición de la ley a los delincuentes, les facilitan su escondite.

De manera que el ciberacoso y la pornografía infantil no se combaten censurando páginas web y levantando vallas invisibles sino persiguiendo contenidos ilegales y denunciando a los operadores de estos sitios pervertidos. Intención muy distante a la que tienen los expertos de la Ibero.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com