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1852 2 Junio 2015

 

 

Voto por la niñez
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- El año pasado fue el peor para niñas, niños y adolescentes en el mundo. Así fue declarado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y así lo consignamos en nuestro editorial de diciembre de 2014.

El principal motivo para declarar el 2014 como el año más devastador para la niñez, es que 230 millones de menores viven –el motivo aún persiste– en países o regiones afectadas por conflictos armados.

Pero, la declaratoria de la Unicef no solamente fue debido a los estragos causados por la violencia de las guerras, sino porque la población infantil también sufrió explotación y esclavitud laboral, narcotráfico y delincuencia organizada, maltrato familiar y bullying escolar, acoso sexual y pederastía clerical, pero sobre todo, pobreza y desigualdad.

Para explicar con palabras tan terrible situación, el director ejecutivo de la Unicef, Anthony Lake, expresó: “niñas, niños y adolescentes han muerto mientras estudiaban en sus escuelas o dormían en sus camas; fueron asesinados, secuestrados, torturados, mutilados, reclutados, violados o quedaron huérfanos y hasta vendidos como esclavos”.

Nunca en la historia reciente de la niñez en el mundo, tantas y tantos pequeños habían sido sometidos a una brutalidad tan atroz, toda proporción guardada con lo que sufrieron en las dos conflagraciones mundiales.

La cuestión es que por la cantidad de crisis humanitarias recurrentes a nivel global, muchas de las desgracias infantiles las olvidamos rápidamente y perdimos la oportunidad de brindar atención a los miles de afectados en sus países de origen y, sobre todo, de restituirles sus derechos.

Además de ser víctimas de la violencia de las guerras, en el 2014 la niñez también enfrentó amenazas sanitarias que pusieron en riesgo su bienestar y salud, como el brote del virus del ébola, que dejó en orfandad a miles de infantes en varias naciones de África y casi cinco millones de escolares tuvieron que abandonar sus clases como medida preventiva.

Otro caso devastador es Siria, donde casi dos millones de pequeños huyeron por la guerra islámica y 7.3 millones quedaron afectados. En la Franja de Gaza medio millón de niños fallecieron y 3 mil 500 resultaron heridos.

En nuestro país, la situación más devastadora para la población infantil y adolescente fue, es y sigue siendo la guerra contra el narcotráfico.

El Informe Alternativo sobre la Situación de Garantía de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México 2014, elaborado por el Relator de la ONU, Christof Heynes, concluyó que el Estado Mexicano ha incumplido reiteradamente su obligación de adoptar las medidas necesarias para impedir que se involucren en la producción y tráfico ilícito de droga.

Por su parte, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) también cuestionó que los menores de edad sean especialmente vulnerables, ya que casi mil niñas, niños y adolescentes perdieron la vida entre el 2006 y el 2010 en situaciones relacionadas con el combate al narcotráfico y 946 fueron víctimas de muertes violentas con arma de fuego sólo en el 2014.

En Nuevo León nuestra problemática tiene que ver más con el trabajo infantil, pues datos recientes del Inegi revelan que trabajan más de 150 mil menores de entre cinco y 17 años, cifra que representa el 6.4 por ciento del total de menores que viven en el Estado, de los cuales más de 55 mil realizan actividades económicas de 35 horas o más a la semana y, lo más grave, el 40 por ciento de los que laboran dejaron de ir a la escuela por ganar dinero.

Inexplicable resulta que desde el gobierno no surja la convocatoria para que sociedad civil e iniciativa privada nos volquemos a trabajar organizadamente en atender con urgencia el maltrato motivado por el trabajo infantil, así como en restituir derechos para revertir esta situación.

Bien podrían las candidatas y los candidatos de todos los partidos políticos, en tomar la decisión de comprometerse con atender esta grave problemática y cumplir con las políticas públicas y los programas de gobierno para defender los derechos de la infancia nuevoleonesa.

Por todo ello, esta vez nuestro voto es por la niñez, para formar niños y niñas que ejerzan sus derechos democráticos como ciudadanos en el futuro y logren su desarrollo más pleno, armonioso y con mayor bienestar social.

 

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