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1857 9 Junio 2015

 

 

MUROS Y PUENTES
Gusto por la democracia
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Todavía hoy deben estar disfrutando en sus hogares. Este día 7 de junio los nuevoleoneses marcaron la pauta para el país: las candidaturas independientes son avaladas por los ciudadanos.

Y al hacerlo demostraron que es el factor que hacía falta para salir a votar, pues fue un proceso electoral copioso, notable y copioso. Vimos muy largas filas de pacientes y gustosos votantes: se recobró el gusto por la democracia.

Uno de los primeros signos de lo anterior lo constaté en la foto que un sobrino-nieto (la juventud dijo “presente”) subió a Facebook: es la fotografía de su pulgar entintado, con el comentario: “ya vamos ganando 1+”. Un voto más que ignoro para quién haya sido pero contó y lo dijo, lo mostró con orgullo... más tarde su hermana y su madre y alguien más mostraban un trío de pulgares manchados de tinta: “¡3 votos más!”, apuntaron. Fue una fiesta.

El electorado nuevoleonés, al votar de esa manera, dejó claro al resto del país que las candidaturas independientes es lo que hacía falta para echar a un lado el bipartidismo, ese que en Nuevo León ha dejado una estela de impunidad (para sólo mencionar la tenebrosa punta del iceberg de la corrupción); en general los electores del día 7 en Nuevo León han repudiado al sistema de partidos, cuyos liderazgos tradicionalmente se vienen pasando la batuta entre pares para mantener ese status quo de la vergüenza, el de la podredumbre de la política y el oprobio del servicio público... y al hacerlo han demostrado que se puede recuperar al estado (y al país). Con su voto comenzaron a recuperar Nuevo León, “la Grandeza de Nuevo León”, han dicho los representantes de la Alianza ganadora.

Los nuevoleoneses han repudiado de forma apabullante al duopolio PRI-PAN: con el 99.59 de casillas computadas, Jaime Rodríguez contaba con el 48.86 por ciento en tanto que sus rivales –que en las horas siguientes hicieron mutis_ tenían 23.57 por ciento la priista Ivonne Álvarez y 22.52 por ciento el panista Felipe Cantú, o sea: ni los dos juntos le pudieron ganar al independiente.

Un triunfo aplastante el de El Bronco, tanto que derrumba el sistema de partidos –aunque parezca exageración–, tanto, que deja exhibido el estruendoso fracaso del PRI: léase de Enrique Peña Nieto, primer priista del país: léase de Rodrigo Medina, a quien ostensiblemente le confiaron la elección: léase de Ivonne Álvarez, quien representa el error de tino del actual gobernador: léase a todo el aparato de ese partido que vistosamente le echó toda la carne al asador y ni así; asimismo, léanse las similitudes de fracaso en esa mala réplica priista en que se ha convertido el PAN.

Nuevo León, sus ciudadanos, al sostener con su voluntad el triunfo del Bronco –flamante gobernador electo, el primer independiente electo– deja mal parados a los partidos mexicanos y sus operadores, y sus dirigentes: pese a ellos, pese a sus maquinarias el voto nuevoleonés los vapuleó y al hacerlo los dejó exhibidos, los dejó en el rincón de los indeseables: el coraje y la indignación de los votantes contra sus tropelías –expuestas una y otra vez, a todas luces, en la prensa digna– los rechazó, les dio un humillante palmo de narices.

Y si las elecciones intermedias suelen ser un pasillo para la próxima presidencial, Nuevo León deja claro que la voluntad de la ciudadanía puede seguir cambiando las cosas, pues es un hecho demostrable que el aforismo de El Bronco es regla y doctrina: el que paga manda: “la raza paga, la raza manda”. A ver. Todo apenas comienza.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth Texas. Para comentarios: Twitter: @laestrelladfw o E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com.

 

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