Suscribete

 
1889 23 Julio 2015

 

 

Sentimientos encontrados
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Me despierta sentimientos contradictorios el fallo de 18 años de prisión contra el militar que asesinó a un joven matrimonio hace cinco años. Sí, desde luego, el juez Eustacio Salinas Wolberg hizo historia.

Es la primera vez, por lo menos en Nuevo León, que un magistrado civil condena a reclusión a un elemento del Ejército. Es un paso en la dirección correcta.

Recordamos, porque en el olvido se disimula la impunidad, que en 2010 el cabo Juan Ortiz Bermúdez asesinó en Anáhuac a Rocío Elías y su marido Juan Carlos Peña. No fue un accidente. La pareja no cayó víctima de balas perdidas. Atrapados en un tiroteo, cuando salían de la maquiladora donde ambos trabajaban, Peña fue herido. Su esposa bajó del vehículo para pedir ayuda. Ortiz le disparó a quemarropa. Luego se acercó al automotor y descargó otra ráfaga contra Peña para en seguida rematarlos con el llamado tiro de gracia.

Eufórico por su “hazaña”, el suboficial gritó: “me eché a dos”. Tal vez intuyó que el doble crimen tendría consecuencias, así fuera, como fue, a muy largo plazo. En todo caso no quiso correr riesgos. Ayudado por los rasos Alain Josué Reyes y Francisco Meléndez, sembró armas y droga en las manos de sus víctimas y, con la complicidad de los citados fusileros, sindicó de narcos a Elías y Peña.

Tal vez se hubiera salido con la suya, pero la población de Anáhuac, con la autoridad municipal al frente, lo desmintió y lo exhibió como asesino. La sentencia dictada por Salinas Wolberg es una “pequeña luz de justicia”, dice la Hermana Consuelo Morales, del Centro de Apoyo a los Derechos Humanos, AC (CADHAC).

Ése es el problema: es demasiado pequeña. La vesania del clase merece mayor castigo. Es, al tiempo, ejecución extrajudicial, homicidio calificado y demás delitos que resulten. Para empeorar las cosas, los fautores, Reyes y Meléndez, fueron absueltos. No: no hay motivo para echar a vuelo las campanas y cantar que se hizo justicia. ¿Quién nos garantiza que las docenas de sicarios disfrazados de castrenses que han enlutado a tantas familias mexicanas serán llevados ante  juzgadores civiles? Así como la Iglesia católica protege a obispos y sacerdotes pederastas, así el Ejército y la Marina amparan a sus sayones. ¿Será el caso de Ortiz golondrina que no hace verano? Pienso que, al momento, no hay pie para el optimismo. Mejor esperar a ver cómo se desarrollan las cosas.

Estos trágicos episodios vuelven a confirmar lo que se supo desde un principio: ni el Ejército ni la Armada fueron creados para ejercer funciones de policía. La pregunta que nadie contesta: si sabemos esto, ¿por qué no organiza el Estado una fuerza paramilitar de Gendarmería efectiva y confiable de suerte que los fusileros de Mar y Tierra puedan regresar a sus cuarteles?

Pie de página
Bravo por Brozo. Víctor Trujillo hereda la milenaria tradición del actor quien, desde el escenario, denuncia los crímenes del príncipe. Peña Nieto –Henry Monster, lo llama Brozo– y sus cortesanos son “peleles” de chapo Guzmán. Y nos tienen hartos. Brozo desafía al Sistema: su programa matutino lo difunde un canal de Televisa. Eso se llama cubrir el compromiso de cumplir con el público.

hugo1857@outlook.com

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com