El factor Beltrones
Eloy Garza González
San Pedro Garza García.- A veces, las crisis de gobernabilidad no las resuelve un Presidente conciliando con la oposición, sino en todo caso negociando con sus adversarios internos, los de su propio bando.
El desgaste prematuro y acaso irreversible del gobierno federal no lo puede remediar Peña Nieto acordando con los líderes de los demás partidos –con quienes pactó las reformas estructurales y se desbarrancó junto con ellos– sino cediendo espacios de poder a Manlio Fabio Beltrones.
En la coyuntura actual, y para todo efecto práctico, el CEN del PRI opera para Peña como Secretaría de Estado. Y en esta ocasión, como una de las más poderosas. Igual o en mayor medida que la Secretaría de Gobernación.
Para demostrarlo, hagamos una prueba imaginaria. Si Osorio Chong y Beltrones citarán el mismo día y a la misma hora a uno de tantos gobernadores del PRI, cualquier lector podría adivinar a quién dejarían plantado.
En el juego de la política los vacíos se llenan y Beltrones (con toda y su imagen controvertida que incomoda a más de uno) ha llenado los vacíos que ha dejado el gobierno de Peña.
Y no es que Osorio Chong sea mal operador, es que la dura realidad social, polarizada y conflictiva, lo ha rebasado: la fuga del Chapo, La Casa Blanca, Ayotzinapa, Tlatlaya, el multihomicidio de la Narvarte. Y su comportamiento ante tanto revés criminal ha sido el menos recomendable: quiere ser presidente y eso ciega a cualquiera, le resta margen de maniobra. Lo paraliza.
Beltrones en cambio, lleva más de cuatro décadas no queriendo ser presidente de México sino algo más cómodo y estratégico: busca ser el factótum del poder, el gran factor de toma de decisiones políticas del que la cúpula del gobierno, aunque lo quiera, no puede prescindir. A Beltrones le importa más influir que quedarse al frente del Estado.
Ironías del ajedrez político: cara a cara entre Osorio Chong y Beltrones, quien está más cerca de quedarse con la candidatura presidencial del PRI es Beltrones. Falta tiempo para resolver la incógnita, pero detrás de estos presagios, ronda la sombra alargada de otro factor de poder actual, quizá el factótum principal, por más que tire la piedra y oculte la mano: Carlos Salinas de Gortari.
