La torpeza de negar información
Hugo L. del Río
Monterrey.- El Top Cop le impuso al gobernador Rodríguez Calderón la orden de negar a la sociedad información oficial sobre la comisión de delitos y toda esa secuela. Son las cosas que uno espera por parte del general Antúnez: así gobiernan –repito, gobiernan– los militares mexicanos.
Tampoco asombra la docilidad del Ejecutivo estatal ante el mandato del flamante secretario de Seguridad Pública quien, al parecer, es el hombre que manda en Nuevo León. Total, el plan es desilusionar al nuevoleonés.
El autoritarismo está reñido con la inteligencia. Ni Jaime Heliodoro ni el entorchado de tres estrellas están para saberlo ni yo para decirlo, pero la censura no va a funcionar.
El reportero no necesita el boletín gubernamental para saber lo que ocurre y lo que no ocurre. Los sicarios no se esconden para perpetrar asesinatos y secuestros o como los llamen ahora. Para qué si tienen muy bien sabido que gozan de impunidad. Llevan al cabo sus actos ilícitos a la luz del día.
Casi siempre hay testigos que, amparados en el anonimato, informarán al periodista lo que vieron y escucharon. Incluso cuando los sayones sacrifican vidas humanas en despoblado habrá siempre alguien que descubra los cadáveres.
Pero, además, en todas las corporaciones hay agentes que, por las razones que usted guste y mande, tienen amigos en los medios de comunicación y los alimentan con información a veces sólida y en ocasiones no del todo confiable.
El reportero tiene que llevar la nota a su Redacción. Ni modo que le diga al jefe que no hay noticias.
El general Antúnez tiene, en Nuevo León, muy negros antecedentes. Es evidente que desea gobernar con mano dura y debemos prepararnos para que sus muchachitos cometan toda clase de crímenes contra civiles inocentes.
Pero a estas alturas del tercer milenio, el divisionario debería saber que la información fluye por muchos medios. Los abusos de los hombres armados quedarán impunes pero ninguna chambre noir los podrá ocultar.
Pie de página
Somos imparciales y transparentes, dice la Tremenda Corte en su disfraz de Tribunal Electoral del Poder Judicial. En Juárez como que no se lo creen mucho. Ya le habían reconocido el triunfo a Américo Garza Salinas, aliado del Bronco. El Sistema gritó “faul” y, de la noche a la mañana, la Tremenda Corte decidió que se había equivocado porque para ellos el ganador es el exalcalde priísta Herberto Treviño, de quien ni su familia puede decir que fue un buen funcionario. Los amigos que más lo quieren comentan que en su gestión desaparecieron, mágicamente, 58 millones de pesos. En la vecina cabecera municipal hay protestas y bloqueos por parte de miles de ciudadanos y el rey de los tamales advierte que no dejará que le roben la victoria comicial. El PRI nunca pierde y cuando pierde arrebata. Falta que los juarenses se dejen.
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