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1959 29 Octubre 2015

 

 

Garzón invitado a Nuevo León
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Muy fino para frontera, decimos en mi rancho. El Bronco quiere capitalizar el prestigio internacional del doctor Baltasar Garzón para ganar puntos políticos. Y, claro, hasta él sabe que el magistrado español es un personaje de gran fuste. Jaime Heliodoro lo invita para que participe en la campaña contra la corrupción.

Está bien, pero, por decir algo, cómo reaccionará el juez Garzón cuando lo asalte un policía en el centro de Monterrey y a la luz del día. Qué le dirá el magistrado al tránsito que le pida mordida. Francamente, no creo que don Baltasar se pueda entender con el gobernador Rodríguez Calderón.

El maestro Garzón es un hombre que se ganó la admiración del mundo al procesar a Pinochet con tal sabiduría política que obligó a las autoridades británicas a imponer prisión domiciliaria al ex dictador. Ya don Baltasar había hecho otras cosas que le merecieron aplauso y reconocimiento.

¿Cuánto tiempo tardará el Bronco en pedirle al jurisperito español que no esté tan serio? Aunque hispanoparlantes, ¿hablan los dos hombres el mismo idioma? Para empezar, me parece que sale sobrando la Fiscalía Anticorrupción, en teoría independiente de la Procuraduría. “Cuando quiero resolver un problema, yo me encargo, personalmente, de solucionarlo. Si no me interesa resolverlo, creo una comisión”, dijo un político sudamericano cuyo nombre no quiero mencionar.

No necesitamos engordar a la hidra burocrática. Para combatir a la corrupción lo único que hace falta es tener voluntad política para cumplir las leyes. Difícilmente existirá algún país donde esa abominación moral sea autorizada por la Constitución o los ordenamientos legales de ella emanados. La corrupción es delito aquí y en Ruanda Burundi.

Cómo va el señor Garzón a capacitar a los policías si muy pocos saben leer y escribir. Es posible –aunque muy difícil– alfabetizarlos pero, ¿habrá en este mundo algún caballero de bien tal elocuente y persuasivo que convenza al gendarme mexicano a vivir de su sueldo, a respetar los derechos humanos, a abandonar la rutina de la tortura y, lo que es más peligroso, a tomar distancia respecto a las tentaciones pecuniarias que ofrecen los narcocárteles? ¿Y qué vamos a decir de los Ministerios Públicos? La única diferencia entre el AMP y los azules es que el primero tiene título universitario. ¿Y los funcionarios públicos?

Por los Siete Puñales de la Virgen, no seamos tan ingenuos. Para eso se matan por ingresar al gobierno: para robar. Bueno, hay uno que otro que es honrado, tanto en la policía y los empleados públicos como entre los MP. Pero son tan pocos que nomás los menciono para no caer en el error de la generalización.

Supongo que sí es posible erradicar ese cáncer que nos está matando. Tengo que creerlo porque de otra manera no valdría la pena vivir en México. Pero, habría que dar el ejemplo desde la punta de la pirámide del Poder. Quiero suponer que al Bronco lo anima ese propósito, pero me parece que es una tarea demasiado complicada para un hombre que, hasta ahora, sólo ha mostrado las limitaciones de su ignorancia y su comportamiento de niño.

Tal vez Fernando Elizondo podría dar los primeros pasos para cumplir con las faenas de Hércules, pero en el mejor de los casos tenemos que hablar de un objetivo que se alcanzaría en muchos, pero muchos años.

¿Qué pensará don Baltasar de un gobernador que  pide al rector y al Consejo Universitario de la UANL que “se quiten la gorrita” y que no estén “tan serios”? Por el Casto Patriarca Señor San José, ¿qué quiere: que canten un narcocorrido, que bailen una polka, que disparen al aire?

El señor Garzón es capitán de un equipo de primera división. El Bronco apenas si será el aguador de una oncena llanera.       

hugo1857@outlook.com

 

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