En algunas cosas no se debe transigir
Hugo L. del Río
Monterrey.- Si en este mundo hay alguien a quien debemos dar trato de criatura sagrada es al niño. Parece que al Papa argentino se le olvidó que perdonar al pederasta es agraviar a sus víctimas.
Entiendo que Francisco libra una dura, difícil batalla contra los enemigos que tiene en el Vaticano y, en general, en la Iglesia romana. Es obvio que el Vicario de Cristo está en desventaja y debe hacer concesiones a la poderosa ala conservadora. Pero, en algunas cosas no se puede transigir.
Los Legionarios de Cristo dejaron, para siempre, la mancha de su depravación. ¿Cuántos obispos de Roma apoyaron a Marcial Maciel? No pregunto a cambio de qué. Maciel llevó millones y millones de dólares a las arcas y los bancos del Vaticano. Y con eso se ganó no sólo el disimulo sino hasta el permiso del Papado para que él y sus epígonos siguieran violando niños.
Francisco les vuelve a dar luz verde para que los legionarios –y sacerdotes de todas las órdenes habidas y por haber– lastimen y dañen para toda la vida a los pequeños que han sido confiados a su cuidado. Me refiero, naturalmente, a los religiosos enfermos que traicionan su Ministerio.
Ignoro si toda la gente de la Legión es de alma sucia y jorobada. Pero, la institución quedó maculada. Y ahora el Pontífice los rehabilita. ¿Será una concesión al sector duro de la Iglesia o un acto de clemencia?
Los mexicanos somos sospechosistas. Tal vez la permisividad de Francisco responde a intereses de otra naturaleza.
El líder de mil millones de católicos pudo, debió haber hecho otro tipo de gracia a la Reacción. Se plantearon problemas que Roma se ha negado sistemáticamente a discutir: negar o dar la comunión y todo eso a las parejas de divorciados que se vuelven a casar; las bodas entre homosexuales y lesbianas y su derecho a adoptar hijos; el trato discriminatorio que sufren los creyentes de otro credo en ciertos países donde obispos y cardenales juegan un papel muchas veces determinante en la toma de decisiones políticas; los donativos del narco mexicano a la Iglesia y muchos otros asuntos que, al tiempo, permitirían a Roma dar algún tímido paso en el camino de la adaptación al Tercer Milenio y dejar entrar un poco de aire fresco y limpio en un espacio que ha estado cerrado por milenios.
Pero, el hombre que tiene el poder de la inhabilidad no debió levantar la sanción contra la Legión: gracias a Francisco, los malos vuelven a ganar.
Son días tristes. Las campanas, mis campanas, doblan en duelo.
Pie de página
Ya chole con tanta queja contra Margarita Arellanes. Seamos optimistas, positivos. Busquemos del lado bueno de las cosas. No se pudo robar el palacio de cristal ni el Cerro de la Silla. Bueno, ni siquiera le fue posible llevarse a su humilde vivienda los muebles de la Presidencia Municipal, aunque sí se apropió de las cajitas de clips, grapas y los garrafones de agua electropurificada.
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