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1978 25 Noviembre 2015

 

 

MALDITOS HIPSTERS
La única novela importante
Luis Valdez

 

Monterrey.- Los Diarios de Salvador Elizondo exhiben la postura de un escritor de formación de primer mundo enclaustrado en el tercer mundo.

Con novelas de vanguardia en un país de literatura estancada, donde artistas de moda pensaban que debían saltar las fronteras para aprender.

Reconozco la calidad extraña (y casi extranjera) de Farabeuf, con toda la repetición t reflejos que conlleva, desde la crónica de un instante hasta la fotografía de una tortura que leva al éxtasis. Sí: Farabeuf es un libro impresionante del que se aprende mucho. El doctor Farabeuf habita un espacio de tiempo que se repite donde todo es reflejado en un espejo y cada participante de ese instante novelado termina narrando a su turno lo que sucede.

Sería superficial compararlo con estructuras multinarrativas y de flash forward, como la novela gráfica Watchmen o LOST, porque el estilo literario de Elizondo nos obliga a ponernos a su altura de purista. Un mexicano más europeo que de visiones nacionales. No faltará el catedrático o crítico literario que quiera discutir con todo el bagaje de su tesis de posgrado, pero de eso no va este artículo, sino de su parecer ante el mundillo nacional.

Regreso a notas de sus Diarios, editados por el FCE: 1 de enero de 1969 (no me pregunten las anotaciones personales que haya hecho por el 2 de octubre del 68, porque en el volumen no aparece más que una referencia a la China Mendoza y a (Luis) Villoro. Referente a otra gran novela de Elizondo, El hipogeo secreto (puede que tan buena pero no tan lograda ni celebrada como Farabeuf), va esta anotación:

“Hoy vi en el último número de Diálogos una nota muy elogiosa para El hipogeo secreto, diciendo que es la novela más importante del año pasado (1968). Yo no creo que sea la más importante sino la única.”

¡Válgame! Ya se jactaban la soberbia en el grupito de amigos de Paz, del cual dicen que ahora les publican hasta las actas, los poemas y ocurrencias. De los poemas de Elizondo, también publicados por el FCE (¿no les digo?) tengo más que alabarles que a muchos de los poetas laureados de hoy día, pero tampoco es su fuerte. ¿Por qué insistimos en los escritores totales cuando son homenajeados por haber atinado a estar dentro de la olla de frijoles?

Aún así uno se queda con las obras que le satisfacen. Volvería a regalar mi ejemplar de El hipogeo secreto sin dolerme si fue la única novela importante en su barrio, así como desecharía también un libro de poemas que no son fundamentales para mi lectura. Me quedo con sus ensayos y la novela Farbeuf, que al menos para mí sí llega a ser fundamental.

Que otros atiborren sus bibliotecas con cada libro importante del año.

 

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