MALDITOS HÍPSTERS
¡Qué bonita es nuestra ciudad!
Luis Valdez

Monterrey.- La nuestra es una ciudad tan bonita, que homenajeamos los tiempos cavernícolas en que las calles son piedra con pozos y los líderes de la manada ladran y montan caballos.

La nuestra es una ciudad bonita (y cachonda) donde las calles teiboleras mueren y renacen como Fénix. ¡Larga vida a Villagrán!

La nuestra es una ciudad bonita, capitalista y por lo tanto justa, donde hay antros para cada nivel socioeconómico (la ley de la competitividad en el libre mercado) y lo mismo puedes ir al Matehualita 2, donde cada rincón huele a miados, o al Amnesia, donde todo huele a rosas.

La nuestra es una ciudad limpia de librerías, donde las que hay son pocas y a final de cuentas, como nos estamos volviendo hípsters, ¿quién quiere matar más árboles? Cambiemos las páginas por kindles y conferencias motivacionales.

La nuestra es una ciudad religiosa donde las iglesias son para los burgueses de doble moral extremista o pobres de doble, triple o más necesidades (también extremistas).

La nuestra es una ciudad donde el único alcalde mujer salía a tomarse cafés con el político que encuentran muerto en un hotel (donde las cámaras dejan de funcionar cual Poltergeist) o con el rey de los casinos.

Mi ciudad es amable porque no tiene memoria. En la esquina de mi calle, hace 50 años había una carnicería donde el dueño acuchilló a su esposa. Hace una semana un vecino comenzó a rentar el mismo local y se le ocurrió poner… ¡una carnicería! Su esposa todavía se ve feliz, muy vivaz.

¡Qué bonita es mi ciudad con un gobernador a caballo, con escritores sin libro, con lectores que ven películas, con libros en bodegas y maestros de literatura que no leen literatura!

Y el futuro, seguro estará más bonito todavía.