DISPARATES
Ofendidos y humillados
Armando Hugo Ortiz

Monterrey.- ¿Cuáles profesores tienen una actitud más deplorable? ¿Los que enfrentan desde hace tres años a los genízaros para protestar contra la reforma laboral, o quienes acuden de manera clandestina a un simulacro de evaluación docente, arreados por esos mismos genízaros?

Cifras oficiales hablan de 90% o más de evaluados. Pocos se atreven a afirmarlo, pero ese porcentaje del magisterio considera que es una reforma punitiva,  se pliega por una sencilla razón: el miedo a perder su empleo.

Aceptan que los traigan como canicas en bacinica, con cambios de sede y fecha a última hora, desvelados y trasijados. Saben de la nula confiabilidad de un examen aplicado en circunstancias anómalas: con un policía a tus espaldas, escuchando las consignas de los inconformes, las sirenas, las explosiones de petardos y granadas lacrimógenas.

La intimidación ha sido la herramienta que hasta hoy ha utilizado Peña Nieto & Co. Para quienes no se han plegado está la represión, el tolete, la picana eléctrica, despidos selectivos y cárcel para otros, pero el desgaste llegó a punto crítico, el maestro muerto y los heridos en Chiapas preludian una resistencia más tenaz.

El gobierno declara a cada momento que su reforma funcionará a largo plazo, pero está quemando todos sus cartuchos en una simple etapa; considera como rendición absoluta y definitiva que los maestros acepten examinarse.

Para el 2016, la SEP tiene compromisos ineludibles: primero, cumplir la promesa de aumentos salariales a quienes se humillaron con las seudo evaluación, y júrelo que todos serán aprobados; otros: cumplir la amenaza de despedir de manera fulminante a los docentes que no presentaron examen (bajita la mano, 10 mil), conseguir los esquiroles que los suplan, y puedan entrar a las escuelas, así sea con tanques de asalto.

¿Cuáles profesores dan más lástima, los de afuera o los de adentro?

a_hugo16@hotmail.com