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2034 11 Febrero 2016

 

 

Tanto presumir de incorruptible
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- El bronco se cayó del caballo. No lo derribó El Norte. El matutino se limita a publicar el desplome del hombre macho muy macho quien, para usar sus propias palabras, no pudo desapendejarse. Jaime Heliodoro se vino abajo porque no sabe montar en el corcel del poder. Tanto presumir de caballista y de incorruptible.

El escándalo de las cobijas da mucho en qué pensar. El periódico de los Junco de la Vega es o era el único aliado que tiene o tenía Rodríguez Calderón en nuestro desaliñado microcosmos mediático. El varapalo que le pega el rotativo al gobernador no significa, necesariamente, que se produjo un cambio de orientación. La nota es la nota y el diario o canal de TV que se niega a difundirla pierde credibilidad, auditorio y, lo que para ellos es más, mucho más importante, propaganda política y publicidad comercial.

El dedo flamígero de la opinión pública señala a un tal Rogelio Benavides Pintos, burócrata de cuarta categoría, como el autor y beneficiario del –volvemos al broncoidioma– desmadre. Desde luego, este quisque se habrá embolsado una parte de la comisión, pero para mí que es un chivo expiatorio ideal cuya cabeza será fácil mostrar en la pica al público que abarrota el coliseo romano. Vamos: lo empujaron a la piedra de sacrificios al autorizarlo para que hablara con los norteños.

Al pobre de Roge no le alcanza el magín ni para recitar aquello de “agua pasa por mi casa…” Eso de que ningún proveedor quiso vender 200 mil cobijas a papá gobierno es una mentira tan burda que no se la creen ni los broncos. Alegar que es justo el precio pagado por las mantas –150 pesos– cuando todos sabemos que, al menudeo, se venden en cincuenta o sesenta unidades de moneda devaluada, denota una debilidad mental que entra al terreno de la patología.

Luego tenemos al “vendedor”: una Comercializadora Mirof que no existe y cuyos dueños son un obrero y un soldador. Mirof debe ser una corporación modelo: vende tamales, escobas y la madre de los caballos. Agreguemos el dato de que primero se subieron las cobijas a los camiones y después se llegó al honorable acuerdo de compra-venta con el consorcio modelo.

Por su respetable parte, el flamante fiscal dizque anticorrupción, Ernesto Canales, nos anuncia, muy quitado de la pena, que no ejercerá ninguna acción porque… no hay denuncia. Entonces, ¿el formidable despliegue informativo y de opinión de El Norte vale lo que las promesas de Jaime Heliodoro: pura madre?

Perdonen mis cuatro lectores la vulgaridad de mi escritura. Pero ustedes votaron por el bato este que despacha en palacio, y si lo quieren educar cómprenle otros comics de mejor nivel que el libro vaquero: Fantomas, el pantera, Kalimán, Batman, et al.

Ya es tiempo de aprender el abecé de la vida social: el político miente y muy raramente cumple sus promesas. Por lo pronto, el bronco se cayó del caballo.

Pie de página
Hermoso y conmovedor el texto que escribió Sanjuana Martínez y que ayer reprodujo nuestro Monitor. Es tan fácil para multihomicidas como Javier Duarte, gobernador –faltaba más– de Veracruz criminalizar como narcos a los periodistas que manda asesinar. A la larga lista de colegas sacrificados por el tlatoani agregamos ahora el nombre de Anabel Flores. ¿Cuántos periodistas más mandará matar este cacique?    

hugo1857@outlook.com

 

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