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2079 14 Abril 2016

 

 

Se fajaron
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- El primer impulso fue echar a vuelo las campanas y salir a la calle a cantar el Mesías de Handel. Revocación de mandato a la mitad del sexenio o trienio. Parejo para gobernadores, alcaldes, legisladores et al. Pero la prudencia aconseja esperar a la aprobación del Pleno, que se reunirá el martes próximo.

La Ley de Participación Ciudadana sólo ha sido aprobada en Comisiones y muchas veces he visto cómo del plato a la sopa se cae la boca. Es verdad que está muy cuesta arriba eso de que los padres conscriptos nos salgan a estas alturas con una votación de rechazo en el Pleno. Pero en nuestro México, capital universal del surrealismo, eso es posible, aunque no lo veo probable.

Los nuevoleoneses se fajaron como los buenos –porque eso es lo que somos–: doce años de estar haciendo caer la gota sobre la roca. La legislación nos empodera para hacer morder el polvo a los burócratas quienes pretendan seguir el camino de los Medina y los Arellanes.

Finalmente, armados con los nuevos ordenamientos legales, tendremos el derecho de audiencia, algo que, a pesar de ser tan elemental, el Poder nos negó. Podremos aprobar o rechazar los proyectos y planes de la administración pública. Los programas de obras públicas, que han sido durante décadas y décadas el equivalente al tesoro del rey Salomón, serán sujetos a escrutinio. Parafraseo a Juan el Evangelista: Los palacios de gobierno y el Congreso ya no serán casas de cambio.

¿Es excesivo mi optimismo? Que lo sea. Hace muchos, pero muchos años que no recibíamos una buena noticia. Vuelvo a mi amado Sócrates: "¿Pedimos algo más, Fedro?" Claro, muchachos. Hay que ser realistas: pidamos lo imposible.

Pie de página
Las cosas que se le ocurren a Adrián. El alcalde de Monterre pide comprensión para sus heroicos guardianes del orden –todos ellos ejemplo de civismo y amor al oficio–; hay que entender la realidad que viven los policarpos en la calle, dice. ¿Entender? De eso no necesita decirnos nada. Entendemos perfectamente que si se nos acerca un gendarme es para entregarnos al narco o, si bien nos va, para atracarnos. La burocracia política no acaba de digerir el nuevo sistema penal acusatorio. En el antiguo esquema les iba muy bien: el acusado es culpable hasta que pruebe su inocencia. Esto, combinado con aquello de que la confesión es la reina de las pruebas. De los Santos sabe muy bien que sus muchachitos hacen confesar a San Francisco de quemar vivos en la hoguera a los Carvajal y de la Cueva. El establishment pelea con uñas y dientes para no perder el privilegio de abusar del mexicano de a pie. Pero esa es una batalla que no pueden ganar.

hugo1857@outlook.com


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