Si yo fuera Adrián
Roberto Guillén

Monterrey.- Siempre que voy a la Ciudad de México me maravilla la limpieza que exhiben los capitalinos en el primer cuadro de la Ciudad. Tanto caminar por el Paseo de la Reforma, como por el monumento a la Revolución, la Alameda Central y el Zócalo, se vive un viaje de pulcritud ciudadana.

No así con el centro regiomontano, cuya vocación persiste en ser la de un mugroso indolente y empedernido. Basta por caminar por las calles de la Macroplaza y la Plaza Morelos, un domingo como a eso de las siete de la tarde, para ver el muladar en que se convierte el casco urbano.

La indolencia regiomontana escenifica algo así como un ritual negro del me valen madre los otros. Un montaje donde también se ve reflejada la mediocridad de quienes han estado al frente de la alcaldía de Monterrey, como lo son el pintoresco Uyuyuyuyuy, el inefable Maderito, Larrazabal el Oaxaqueño y Margarita Vuitton, entre otros.

Si yo fuera Adrián de la Garza, me propondría limpiar la cara sucia de Monterrey. Convocaría a una mesa interdisciplinaria para estudiar el porqué el regiomontano es tan mugroso y cómo se le puede hacer para erradicar esta vergüenza de que te vas tomando una coca cola por la calle y con el más fotografiable gesto de valemadrismo arrojas la botella pa donde caiga, al cabo que no pasa nada…

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Si yo fuera Adrián de la Garza movilizaría a los niños de la ciudad y los invitaría a que desarrollaran sus talentos creativos en el ámbito de las artes, como pueden ser la literatura, la pintura, la danza y el teatro, entre otras.
Imagínense ustedes, que sábado tras sábado tuviéramos frente a la obra de Rufino Tamayo, Homenaje al Sol, unos 100 chavitos haciendo una demostración de sus talentos artísticos. Digo ese puente multimodal que se aventó Margarita Vuitton, es una chulada que nos traslada a la Sevilla del Guadalquivir.

Pero repito, a los hombres y mujeres del Poder les interesa hacer obras portentosas para ganarse una lana, tomarse la foto y después que ahí se mosqueen.

Hace falta cambiar el chip de los hombres en el Poder, porque México necesita líderes de a deveras, que no se reduzcan a robar y a robar, sino que quieran y movilicen a su Gente.

Si yo fuera Adrián de la Garza…