¿Peña Nieto rompe el clóset?
Joaquín Hurtado
A Monsi, este triunfo es más tuyo
Monterrey.- Ante la presencia de destacados activistas de la diversidad sexual de todo el país, el presidente Enrique Peña Nieto hace un agujero simbólico en el vergonzante clóset gay mexicano. Perfavore ragazzi mi fate un favore. El matrimonio igualitario va. (Música de Verdi.) Así se da respuesta a una demanda histórica por discriminación.
–Más vale tarde que nunca.
El gobierno federal lanza un mensaje contundente de respeto a los derechos humanos de las minorías. No se puede negar el aplauso. El formidable adelanto en el reloj de la equidad y la igualdad pone al país las mejores notas.
Pero el Ejecutivo federal nos sigue debiendo en luchar contra la corrupción, erradicar la impunidad, mejorar la vida de la población económicamente vulnerable.
El acto protocolario realizado el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia coloca al Presidente en la palestra de los políticos más destacados, avanza a pesar de los lastres de su ineptitud.
–Con pasos vacilantes, pero avanza.
Los únicos que se dicen agraviados son los sujetos que obedecen a Roma. El anuncio sucede cuando la efigie de Peña Nieto luce tan despeñada. A Peña Nieto se le salió de las manos el país. A donde vaya se desatan violentas protestas, agüitan el viaje. El golpe de timón calma un poco a las fieras del primer mundo, además le da un respiro frente a la nación enojada.
–Muy bien por el cálculo político.
Sus escandalitos en el campo de los bienes raíces pueden esperar. ¿Efecto Dilma Rousseff? Por supuesto. Hay quienes le escatiman el logro desde el lado más sombrío de su mandato, los abusos en casos como Tlatlaya y Ayotzinapa. No podemos soslayar la foto completa de uno de los sexenios más sombríos, más deficitarios en trasparencia y justicia como es el de Peña Nieto.
–¿De qué tamaño es el agujero que Presidencia ha hecho en el armario azteca?
Muy grande, indudablemente, si lo vemos desde el lado donde retozan los amorosos que quieren vivir en igualdad frente a sus familias y vecinos. Muy pequeño, definitivamente, si lo vemos desde la violencia incontrolada. El ciudadano exige mejores niveles de seguridad.
–Muy sencillo.
Me congratulo con la mayoría. De acuerdo con la prensa, fue valiente la decisión presidencial de romper el clóset. Sin embargo, el júbilo me dura poco, se me evapora en la epidermis, en la verdad descarnada de una familia liberal:
–¡Tengo novio, soy gay, soy dichoso, me voy a casar!
Levantaron los tíos de inmediato la mano, en automático brindaron. El papá y la mamá estaban presentes en la reunión pero en otro lado, no los escuchaban.
–Bien por ti, sobrino. Exclamó tía buenaonda, tío alivianado lo abrazó. Todo risas el chaval. Agradecía humilde los parabienes. Alguien preguntó:
–¿Ya le dijiste a tus padres?
–No, y por favor no quiero que sepan todavía, se van a morir de miedo.
Los presentes respetaron. Viva la privacidad. La cerveza corrió a raudales, el chisme buscó una salida por boca del metiche, lo corroía la cuestión ¿puede haber alguien que calle algo tan hermoso a los padres? Opinó: “es sólo un noviazgo gay, es algo de lo más natural, es lo más moderno”. Los demás hicieron movimientos afirmativos. El chico los paró en seco:
–¡El cuadro de las manitas sudadas y besos en la mejilla ustedes lo aceptan, como mis padres. Lo que no toleran es imaginar siquiera que me van a meter la verga!
Dicho lo anterior todos se sumieron en un silencio sepulcral. Los más optimistas voltearon a ver hacia otro lado. Los mayores se pusieron a entonar arias de Verdi
