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2112 31 Mayo 2016

 

 

Disputa municipal en Hidalgo
Pablo Vargas González


            
Pachuca.- El conjunto de factores políticos, incluyendo la fallida coalición opositora, las grandes pifias de los organismos electorales, que muestran no candidez ni chabacanería sino abierta parcialidad, está conduciendo a que el proceso electoral de Hidalgo, donde se realizan por primera vez tres tipos de comicios, se centre en los 84 municipios.

Como decía Miguel Ángel Granados Chapa, la rebelión en la aldea será una real válvula de escape, y se podría convertir en un desfogue para la inconformidad ciudadana.

La caída de una alianza opositora, en que privaron los intereses de grupo y la preponderancia de intereses personales alejaron la posibilidad de una competencia por los poderes locales (gubernatura, congreso local y ayuntamientos). A pesar de una presencia multipartidista en que intervienen ocho partidos, esto no va ser un factor en la definición de resultados.
         
Una reforma política local de 2010 permitió tener alcaldes con periodo de 4 años, 7 meses, 15 días; y ha sido el mejor caldo de cultivo para el desenlace de esta campaña electoral. Son los municipios la instancia de poder más débil de las instituciones locales, mucho más en esta entidad. Haber extendido el periodo para alcaldes conducirá a una disputa descarnada en donde no solo los partidos políticos están enfrascados sino también grupos ciudadanos, organizaciones sociales y comunidades están interesados en el rumbo de su municipio.
       
El ambiente electoral siempre es decisivo. Muchos grupos empiezan a cuestionar los preparativos para la selección de candidatos y se llega al desgaste. La dificultad de conciliar a las distintos grupos de presión y de interés, así como a priistas de las bases se manifiesta en amplías muestras de inconformidad al proceso de nominación de candidatos.

Todo se sintetizaría en lo siguiente: 1) fracturas muy marcadas en el municipio; 2) riesgo que los partidos opositores aprovechen esta coyuntura postulando candidatos más populares; 3) pérdida de fe de los sectores priistas; 4) presencia del voto de castigo; 5) riesgo de ingobernabilidad, porque aun ganando no cuenta con consenso.
          
Todo esto ha llevado a que los municipios sean un espacio de disputa principalmente entre los partidos y grupos de poder e incluso alcanza, a veces a organizaciones sociales y populares de los municipios. En Hidalgo hay antecedentes que permiten visualizar una lucha campal en muchos, sino que en todos los municipios.
           
Es el momento de cobrar facturas y de pedir cuentas por parte de los ciudadanos. Este largo periodo de los presidentes municipales pueden ser la fuente y causa principal –leitmotiv- de la inconformidad ciudadana.

No se muestra en las campañas electorales, pero solo es cosa de hablar en corto con las personas o ver las redes sociales para dar cuenta del enorme disgusto y malestar de la población. Empero, el descontento está dirigido a los partidos políticos que se aprovecharon del voto popular con el fueron llevados al poder municipal y que desperdiciaron elocuentemente.
        
La geografía municipal se encuentra dividida en Hidalgo, de acuerdo con los resultados de las últimas elecciones municipales de 2011 el PRI gobierna menos del 50% de los municipios, empero eso no fue un factor para salir avante en elecciones primordiales como las presidenciales de 2012 y las de diputados federales de 2015, e incluso nominalmente municipios grandes se encuentran en la oposición.

El PAN ganó 14 municipios, seis de ellos en coalición con el PRD, entre ellos Ixmiquilpan y Tulancingo; y el PRD tiene 11 municipios, tres de ellos en esa coalición. En esa alianza, el PT ganó cuatro municipios. Los aliados del PRI tuvieron buena ganancia; el PANAL tiene cinco municipios y el PVEM igual cantidad. Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, ganó dos, entre ellos Huejutla, quién rápidamente se pronunció como “independiente” y apoyó a los candidatos del PRI.

Las elecciones del 5 de junio en Hidalgo solo van a tener un interés: el de la lucha por el municipio, por desear alcaldes cercanos a la gente y sobre todo por respondes a las actuales autoridades municipales, en su mayor parte corruptas, y alejadas de los problemas de la sociedad. Esto es lo que está, tardíamente, poniendo a hervir el caldero político.

Es la hora de los ciudadanos. Es el momento de reflexión y decisión del voto razonado.


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