Coches eléctricos en San Pedro
Eloy Garza González
Monterrey.- Noruega y Holanda al fin lo consiguieron, pero en México seguimos aún con esa laguna legal. Aquellos países ya determinaron que para el año 2025, dejarán de vender vehículos que usen combustibles fósiles como la gasolina. Para esa fecha, todos los coches serán eléctricos o propulsados por hidrógeno. Quedarán descartados incluso los coches híbridos. A esta medida audaz se sumará la India, para el año 2030.
¿Qué pasaría en México si aprobáramos una iniciativa de ley de esa índole? Para empezar, se desatarían los demonios de los intereses creados, comenzando por las armadoras de coches instaladas en México. Luego no sabríamos qué hacer con nuestra primera fuente de riqueza, el petróleo, y nuestra principal paraestatal (y caja chica de los gobernantes federales) llamada Petróleos Mexicanos. Sin embargo, olvidamos que Noruega es una de las potencias petroleros del mundo. Y eso no le impide priorizar la construcción de centrales hidroeléctricas que generan toda la energía eléctrica de su país.
La moraleja es que no podemos estancarnos en el pasado. Desde que en las avenidas de San Pedro, en Nuevo León, ya comenzaron a circular los coches Tesla, invento de ese nuevo Steve Jobs llamado Elon Musk, será cada vez más frecuente ver estos vehículos como traídos del futuro a las ciudades mexicanas. El porcentaje de venta aquí de dichos carros sigue siendo inferior al 2 por ciento, y es comprensible: son bienes de importación, comercialmente prohibitivos para la mayoría.
Pero en Noruega han recorrido el camino del subsidio y de los incentivos fiscales a los compradores potenciales. De ahí que la venta de vehículos eléctricos abarque 30 por ciento de ese giro comercial, y el porcentaje va frenéticamente a la alza. Me tocó conocer las instalaciones de Tesla Motors y les aseguro que su dominio en el mercado automovilístico no tiene reversa. Van por todo.
Los combustibles fósiles son fuente de contaminación y de problemas de salud. Es hora de pensar en la alternativa eléctrica. Antes de que el destino nos atropelle como país o nos mande a la cola del desarrollo global.
