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2157 2 Agosto 2016

 

 

Bastaron sesenta puñaladas
Nora Lizet Castillo Aguirre

 

Monterrey.- Sesenta puñaladas bastaron para ultimar la vida de la joven Paulina Azucena Lee Cue, menor de edad, de herencia asiática y avecindada en la ciudad de Monterrey en el año de 1938.

Con el hallazgo del cadáver de la joven, Hugo Valdés nos presenta otro asesinato acaecido en la ciudad de Monterrey, a tan solo 5 años del famoso doble asesinado de la calle de Aramberri -afortunada pluma la de Valdés que puede usar un título de Edgar Allan Poe y conseguir sonar original y permanecer vigente-.

Echando mano de los datos que pueden proporcionar los periódicos de la época y enhebrando el vocabulario policial-legal junto con el lenguaje coloquial y regionalismos propios de los personajes habitantes del Monterrey de la década de los treinta, somos testigos de las pesquisas y los inútiles e infructuosos esfuerzos que hacen los detectives y agentes para desenmarañar los cabos sueltos en torno al asesinato de la chica de origen chino narrados con magistral elegancia, presentando un tono muy serio mezclando con destreza los tintes de ironía.

Los comercios, hospitales, paseos y lugares de recreo nos presentan las locaciones donde pudo suceder el crimen y vamos por las calles del centro de la ciudad entretejiendo los instantes en los que Cesáreo, un joven enamorado de la chinita Lee, se dice y desdice los motivos por los cuales llevó a cabo el asesinato.

Sin embargo, conforme va aumentando la tensión narrativa, vamos descubriendo que no puede ser posible que el chico haya actuado solo, que los celos hayan causado el homicidio e incluso llegamos a convencernos que los verdaderos motivos del crimen son otros distintos a los temores de un joven enamorado. Las múltiples transcripciones del homicidio nos hacen dudar hasta del personaje más débil.

La novela presenta diferentes versiones del asesinato mezcladas con diferentes momentos en la historia de la criminalidad en Monterrey en combinación con la impunidad y la corrupción. Así como los diferentes problemas de higiene y salud que viven los habitantes regiomontanos -como el hecho que los estancamientos de agua puedan propagar el paludismo- por la proliferación del mosquito anofeles o la rabia por la cantidad de perros que hay sueltos en la ciudad. Por este motivo hay un viejito apellidado Lobo a quien se le encarga envenenar a los canes para que la gente no se contagie de rabia o de enfermedades transmitidas por las pulgas.

Las múltiples historias dentro de la historia del asesinato referidas nos hacen muy entretenida la lectura de esta novela, ya que no solo nos pasea por las calles de la urbe en ciernes, sino que nos presenta la cartelera de espectáculos a los que la gente tenía acceso en esos años, receptores de la modernidad y del cambio del orden mundial. Valdés nos habla de las posibilidades de recreación según la capacidad económica del personaje, sus gustos, sus preferencias culturales y nos hace un contraste entre la juventud de Paulina Lee y Blancanieves (primer largometraje de Disney estrenada el 21 de diciembre de 1937). Nos describe con detalles los pensamientos de Paulina Lee cuando estuvo en la sala de cine en compañía de Cesáreo (el pretendiente que pasa a ser el principal sospechoso del atentado) y el temor que comienza a sentir por ser de la misma edad de la princesa del cuento y ser capaz de levantar pasiones como las presentadas en la adaptación del cuento de Grimm.

El asesinato de Paulina Lee nos ofrece un recorrido por lugares, calles, testimonios, estilos de vida, posibles accesos a los hogares de los años treinta. Asimismo un periplo por las costumbres y las necesidades a los que hombres y mujeres regiomontanos se ceñían conforme la ciudad crecía y les mostraba sus lados más oscuros.

La novela tiene todo para crear una atmósfera de desasosiego y despierta la curiosidad por entender los oscuros secretos de la psique humana, que tentada por los deseos y las pasiones es capaz de llegar al crimen por despecho o por placer.

El final de la historia nos sumerge en las acciones de la naturaleza propia de las características geográficas de la ciudad rodeada de montañas y construida a todo lo ancho y largo de un río aparentemente manso.

No  hay inocencia en esta historia, todo va a depender de los puntos de vista con que seamos capaces de observar las posibilidades del crimen, lo que implica la impunidad y la violencia suscitada por las exaltaciones.

* Hugo Valdés. El asesinato de Paulina Lee. Colección Andanzas de Editorial Tusquets, (2016), 265 páginas.


 

 

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