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2168 17 Agosto 2016

 

 

DISPARATES
¡Paren esa masacre!
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Alfredo Castillo, number one del deporte mexicano, llegó a Brasil en plan de muy sácalepunta. Quince días, quince rounds, pelea de box a la antigüita; todavía no gritaban “fuera seconds”, y le tundieron los primeros guamazos, sepa el Cielo cómo le vaya en los faltantes.

No hay día sin metida de pata: habladas contra los jueces, contra directivos anteriores y las federaciones, contra la prensa mexicana, otrora muy obsequiosa.

La colección de ceros en las medallas palidece ante las quejas de los deportistas por los uniformes remendados, de los choninos quién sabe.

Todos los golpes le entran, errores administrativos, de organización, nepotismo, uno de los últimos fue el retiro de acreditación a varios periodistas de la Conade, por piratear videos de competencias.

¿Por qué una medida tan drástica, si solo se utilizó para redes sociales de gobierno mexicano, sin fines de lucro? Habría que preguntar al dueño de los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos, un señor de nombre Carlos Slim.

A estas alturas del match, el Galán Castillo ya botó el protector, jala aire por la boca, la mirada es vidriosa; su integridad física peligra.

Peña Nieto debiera aventar la toalla para que no apabullen más a su pupilo, máxime que a su regreso le espera otra joda de perro bailarín.

No se salva ni ganando (o comprando), las medallas de oro, plata y bronce, de todas las competencias restantes.

Puede suceder que Peña Nieto decida sostenerlo, así sea con el uso de la fuerza pública, como Aurelio Nuño y Osorio, y lo comisione para una renovación a fondo del deporte nacional.

Una reforma estructural que, como la energética y la educativa, cristalice en dos o tres sexenios.

El riesgo es que con tanto porrazo, Castillo tal vez sufrió daño cerebral irreversible.

a_hugo16@hotmail.com


 

 

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