40 años del PRT, V (y última)
Daniel Salazar M.
Monterrey.- En la publicación anterior se planteó ya, de manera general, el problema de “la debilidad de la clase trabajadora en México dada su falta de independencia política frente a los partidos burgueses y del propio Estado surgido del cardenismo que encadenó a la clase obrera al PRI”.
De ahí que en su documento el PRT considere que los electricistas del SME –al convocar a la formación de la Organización del Pueblo y los Trabajadores (OPT) como un partido amplio de la clase trabajadora– se colocaron a la vanguardia de la clase obrera mexicana.
Al hacer suya la necesidad de construir un partido político propio, la OPT puso en perspectiva la liberación histórica de los trabajadores, más allá de los instrumentos de lucha gremiales y sindicales que actúan por reivindicaciones inmediatas.
Pero esta audaz iniciativa dirigida al conjunto de la clase trabajadora y no solamente a corrientes y organizaciones socialistas y revolucionarias, deberá superar todavía, muchos obstáculos y hasta prejuicios de la izquierda y el pueblo trabajador, entre ellos el de que los convocados lleguen precisamente a comprender, la necesidad urgente de construir un instrumento partidario --con peso y autoridad moral-- en medio de la crisis de legitimidad y credibilidad de los partidos políticos y demás instituciones del Estado. El tumultuoso movimiento nacional solidario con Ayotzinapa, ha puesto en entredicho nuevamente la credibilidad aludida y ésta es una circunstancia que potencia la eventualidad de la protesta social generalizada y la construcción de más y nuevos instrumentos políticos de lucha.
La noche de Iguala del 26 de septiembre de 2014 evidenció, como se sabe, el hecho de que los crímenes de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos son, lamentablemente, parte de la vida cotidiana en México. Los 43 normalistas desaparecidos se han convertido en el símbolo mundial de la tragedia mexicana que reconoce al Estado como su responsable. En este país militarizado, se ejercen políticas de muerte y planes de exterminio que nada tienen que ver con lo que algunos llaman superficialmente “excesos” o “equivocaciones gubernamentales”.
¡Fue el Estado! y ¡Fuera Peña Nieto! son ya las consignas que, haciéndose eco entre los movimientos populares, detonaron la crisis de legitimidad de Peña, de los partidos y de las instituciones. Esto ha venido repitiéndose de muy diversas formas, desde la desaparición forzada de los 43 aquella noche-madrugada del 26-27 de Septiembre de 2014.
Se facilitará aún más la comprensión de la crisis, si se tiene presente la insultante firma del Pacto por México que llevaran a cabo los partidos –PAN, PRI, PRD— (y sus comparsas), para mantener el poder de la oligarquía neoliberal en perjuicio de la nación y de los 80 millones de mexicanos que sobreviven en la pobreza.
Con todo esto, la dirección del PRT considera que si la crisis de legitimidad no cuenta a nivel del pueblo trabajador con alternativas creíbles y con autoridad moral, puede --paradójicamente frente al actual descrédito de los partidos institucionales-- llevar a una conclusión equivocada --anti política y anti partido en general— cuando no a la desmoralización ciudadana.. La confusión política que trae consigo la crisis de legitimidad aludida, dificulta sin duda, el desarrollo de una alternativa política propia del pueblo como lo está planteando la OPT.
Para enfrentar las dificultades y para fortalecer el proyecto OPT, el PRT asegura estar reafirmando su compromiso militante: “… con nuevos y viejos camaradas que actualmente impulsan una campaña nacional de reafiliación partidaria y de afiliación y organización de nuevas y nuevos camaradas”.
Para contribuir en esta tarea, “necesitamos” -menciona su Comité Político- “un PRT más fuerte, activo y mejor organizado. Estamos convencidos que con esta militancia que hoy participa orgullosamente en la reafiliación partidaria de los 40 años y en las nuevas condiciones de lucha que hoy vivimos, nos acercamos más los propósitos de transformación revolucionaria que nos animan desde septiembre de 1976…”.
* Fuente: Comité Político del Partido Revolucionario de las y los Trabajadores.
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