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2221 31 Octubre 2016

 



LA CANDIDATURA DEL EZLN
Una nueva oportunidad
Daniel Salazar M.

Monterrey.- Para quienes en México buscan un cambio en la correlación de fuerzas que detenga la explotación y el saqueo capitalista, el reciente anuncio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y del Congreso Nacional Indígena (CNI) es, sin lugar a dudas, motivo de celebración.

Como se sabe, el EZLN nunca depuso las armas, pero tampoco ha vuelto a usarlas desde su irrupción en la sierra lacandona en enero de 1994. Concentrado en actividades de autogestión y auto organización, junto al CNI tiene presencia hoy en diversas comunidades de los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Campeche, Guerrero, Michoacán, Estado de México, Morelos, Distrito Federal y Jalisco. Es ahí donde llevarán a cabo la consulta para su eventual participación en la elección presidencial del 2018 --teniendo a una mujer indígena como candidata--

Aún se desconoce la forma táctica de su participación, pero 2018 será el año en que por primera vez podrán participar candidat@s independientes a la Presidencia de la República, esto es, sin que sean registrad@s por algún partido político.

Desde su anuncio, la consulta despertó todo tipo de reacciones debido, entre otras causas, a que alterará los ya muy encaminados proyectos partidarios y con ello los controles sistémicos del tablero electoral. Pero no solo; al mismo tiempo --y esa es la preocupación esencial del Estado mexicano— la iniciativa abre la posibilidad de construir una fuerza anticapitalista organizada nacionalmente, es decir, una fuerza hasta hoy ausente en el escenario político nacional no representada en ninguno de los partidos inscritos en la nómina de la federación.

Habrá que esperar si la intención del CNI-EZLN se complementa con un llamado al conjunto de la izquierda anticapitalista mexicana; a una posible convención que proponga la candidatura unitaria y llame a los sindicalistas; a los jóvenes; a los electricistas del SME y a la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores; a los maestros de la CNTE; a quienes luchan contra el feminicidio; a las mujeres que se organizan por sus derechos y, en general, a todos los que resisten la violencia del Estado y su terrible secuela de ejecuciones y desaparecidos.

No será fácil. La iniciativa ampliada requerirá de diálogo y debate fraternal -sin descalificaciones ni calumnias--; encaminarse a la construcción de un bloque opositor anticapitalista que no deje lugar a dudas y eche abajo la versión de quienes como AMLO, sostienen que se trata de “una maniobra divisionista --conducida por el narcisismo de Marcos-Galeano-- que nuevamente le hace el juego al poder”

Es más pertinente pensar, que el EZLN sacó sus propias conclusiones de los acuerdos de paz y el fin de la acción guerrillera en Colombia. Que, previendo el aumento de la represión militarizada en México, decidió lanzar la iniciativa para dar mayor cobertura a las comunidades indígenas amenazadas y consolidar su organización rompiendo el cerco informativo y militar. Los pueblos originarios, que no sólo luchan por su derecho a la autonomía, enfrentan por siglos, decenas de proyectos capitalistas que pretenden despojarlos de su cultura y de los recursos naturales en sus territorios.

Por eso, al igual que muchos, quiero pensar que --de ser acordada la propuesta presidencial indígena-- el EZLN y el CNI saldrán de su aislamiento y recorrerán el país agitando sus proclamas; que modificarán el escenario político y que hasta los partidos se verán obligados a incorporar, así sea de los dientes para afuera, el tema de los derechos indígenas y hasta probables candidaturas de mujeres entre las comunidades originarias.

Ya se verá, pero el sub comandante Moisés anticipó la necesidad de unir el campo y la ciudad: “que esta gran moral de lucha sea transmitida de los pueblos originarios hacia el conjunto de la sociedad civil que dignamente lucha en todas las geografías de México”.

En 1994 la propuesta del EZLN que casi incendiara la pradera mexicana, “fue neutralizada –se recordará- por un poder burgués hábil y experimentado auxiliado por una izquierda sistémica y una corriente nacionalista burguesa encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas. Ambos factores garantizaron entonces el control popular y evitaron el desbordamiento que parecía venir en ese año crítico…”.

Hoy, la memoria histórica y la experiencia acumulada en estos últimos veinte años, deberán darnos la claridad suficiente para denunciar e identificar a los emisarios del capitalismo y de, como también dijera el sub Moisés, “fortalecer el poder de abajo y a la izquierda anticapitalista en este México multicolor”. La nueva oportunidad está en curso.                                                                                                            

* Fuentes: Resolutivo del PRT sobre la Iniciativa Zapatista / Guillermo Almeyra / Manuel Aguilar Mora  /  prt_mty_nl@hotmail.com

 

 

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