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2239 24 Noviembre 2016

 



El muro de la fatal arrogancia
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Warren Bufett, el célebre “Oráculo de Omaha”, ha dicho que la recesión económica nos espera a la vuelta de cualquier esquina. Las cartas que Buffet publica para los inversionistas de Berkshire Hathaway, presagian lo que vendrá en los próximos años para EUA y, por ende, para México. Y las cartas más recientes no son nada halagüeñas para la economía de ambos países.

Buffett suele repetir un consejo que debería cincelarse en piedra: “cuando te prometan resultados fáciles, simplemente di que no”. En nuestro vecino del Norte, el electorado ha votado por un candidato populista, incompetente en políticas públicas, y con un ego que se enfoca exclusivamente a incrementar su fortuna personal, sea por la vía legal o ilegal, lo mismo le da.

La economía de EUA está colgada con alfileres. Una frase desafortunada del Presidente de la Reserva Federal (FED) puede convertirse en un Tsunami para los mercados en menos de 24 horas. Mucho peor si el mandatario de aquel país muestra incertidumbre en sus discursos, amenazas veladas o abiertas en contra de tratados comerciales, o suelta un mal chiste o exabrupto en contra de un sector industrial específico.

Todo este manual negro del “qué hacer” para entrar en el tobogán de la recesión económica, lo está siguiendo al pie de la letra Donald Trump. Sus reviradas verbales, sus medidas de contención de última hora, comienzan a resultarle inútiles. Le pidió a la empresa Ford que sus armadoras no salieran de territorio norteamericano, no exentándola de impuestos, sino bajo el argumento nacionalista de “quédate aquí porque yo te lo ordeno”. Conminó a varias industrias a no usar mano de obra barata en el extranjero, a cambio de ninguna oferta laboral atractiva para retornar a suelo americano. Así no se puede.

Trump mantiene la fatal arrogancia de los “resultados fáciles” que tanto condena Buffett, para calentar el mercado interno, preparar una explosión en cadena de la bolsa y entrar en la tan temida recesión, de la que difícil pero disciplinadamente los EUA han logrado a duras penas salir avante, después del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008. México puede ser arrastrado a ese tobogán tan pronto tome protesta Trump como nuevo inquilino de la Casa Blanca, el próximo 20 de enero. ¿Lo conjuraremos consumiendo puros productos y bienes nacionales? No pequemos de ingenuos.

En la era de la globalización, el proteccionismo económico es casi una sentencia de muerte. Para bien y para mal, todos los países, sin excepción, son dependientes unos de otros. Make America Great Again, el lema de campaña de Trump, es el mejor call to action para que ambos países nos estampemos contra el mismo muro. Y no me refiero al fronterizo, sino a un muro más peligroso: el de la añoranza por lo que nunca jamás existió.

 

 

15diario.com