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2257 20 Diciembre 2016

 

 

La tenencia del corrupto
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Nadie espera que los diputados locales legislen en favor de la gente; lo hacen en beneficio personal suyo. Tampoco es un secreto que el gobierno del Estado les compra su voto. Se cotizan barato. En realidad, un diputado local no es un legislador; es un vil mercenario. Si no existiera la figura de diputado local o se redujera el número de ellos a la mitad, daría lo mismo. El resultado de su trabajo no cambiaría.

La tenencia es, como todo impuesto, una coerción legalizada contra el ciudadano. Pero la tenencia es además un impuesto indefendible.

¿Por qué se cobra? ¿Con qué argumentos se grava el usufructo de un vehículo año tras año? ¿Por qué no se gravan también las bicicletas, o caminar por las aceras o cruzar los puentes peatonales?

Frente a la ratificación del impuesto de la tenencia, los diputados locales se asignaron bonos millonarios de fin de año.

Uno de ellos, el peor de todos, Ángel Barroso, defendió rabiosamente, como panista, la tenencia como incondicional de Jaime Rodriguez, el Bronco.

Barroso es ejemplo de que ser diputado local es sinónimo de político cínico y chambón. También es modelo de corrupto, lacayo del gobierno estatal en turno.

Bailan al son que les toca el gobernador. Como perros bien entrenados. Como desvergonzados. Bien merecen (ellos sí) ser exhibidos en redes. Y linchados moralmente.

 

 

 

15diario.com