La apatía de quienes saben
Eloy Garza González

Monterrey.- La fogata que encendió la gente contra la tenencia puede extenderse. Es una legítima queja. Jaime Rodríguez prometió eliminarla como demanda de campaña. Eso y procesar a Rodrigo Medina. No ha cumplido ni una ni otra demanda.

El gobernante suele gozar de una luna de miel al comienzo de su gestión. La del Bronco se agota rápidamente. Aprendió a arrojar pedradas, pero no a recibirlas. Y a evitar su lapidación no puede ayudarlo Memo Rentería, asesor más superficial que su jefe.

Se dice que quienes encabezan las protestas contra la tenencia carecen de autoridad moral. Es probable que Gilberto Lozano, presidente del Congreso Nacional Ciudadano (CNC), sea un farsante. Que busque intereses personales. No lo sé. No lo conozco, pero no lo dudo. ¿Le resta eso legitimidad a la protesta?

El problema es que los analistas políticos, los intelectuales progresistas están ocultos, en sus casas y cubículos. ¿Por qué no asoman la cabeza?¿Por qué no se manifiestan? Queda el campo abierto para oportunistas como Lozano.

Hace muchos años, un poeta beat, Lawrence Ferlinghetti (hoy tiene más de noventa años), escribió un duro poema tristemente olvidado: “Manifiesto populista”. Sus primeras estrofas son reveladoras: “Poetas, salgan de sus armarios / abran sus ventanas / abran sus puertas / han hibernado demasiado tiempo / en sus mundillos cerrados”.

Decía Octavio Paz que amar es combatir. Protestar es amar la justicia. Quejarse es antídoto contra la resignación. Los intelectuales de Nuevo León se han quedado al margen del combate por eliminar los nuevos impuestos. Siguen en sus mundillos cerrados. O como dice el poema de Feelinghetti: “No más cantos de Hare Krishna / mientras Roma se quema”.

Campea la ignorancia en el poder local. Nos ha ganado, de momento, la política burda, los brutos satisfechos de su vulgaridad. Y mucha culpa la tiene la apatía de quienes sí saben. ¿Hasta cuándo entenderán?