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2263 28 Diciembre 2016

 

 

La era de la posverdad
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Donald Trump representa el triunfo ideológico de la posverdad. El término nació de un artículo aparecido en 2010 en una revista norteamericana defensora del medio ambiente: Grist. El autor del artículo, David Robert, aludía a los políticos que negaban el cambio climático. De ahí se ramificó a otras connotaciones. Ahora, la posverdad se refiere a la política mentirosa, que no se limita a distorsionar la realidad sino que se da el lujo de inventar otra.

Los nacionalistas del Brexit y en especial Trump (estrella de la telerrealidad), representan el tipo de agitadores que abanderan la posverdad. Una línea falsa que corre en forma paralela a la verdad, y diluye las fronteras que separan los hechos comprobados y verificados con las fantasías peligrosas. No importa la certeza sino la penetración que tenga la mentira en la opinión pública, provenientes de un collage de prejuicios hasta ahora proscritas en la arena política democrática. Los periodistas críticos a Trump, por ejemplo, eran escarnecidos por la multitud que se agolpaba en los mítines del candidato republicano. Facebook se convirtió en el vehículo preferido para difundir la posverdad, contaminado de noticias falsas.

La posverdad ostenta infinidad de autores intelectuales y materiales. Pero algunos están perfectamente identificados con nombres y apellidos: por ejemplo, los miembros de la llamada “alt-right” (derecha alternativa), que fabrican mentiras al por mayor. “Alt-right” es una sofisticada máquina de propaganda, con publicidad simple y rumores en forma de noticia. Su cara más notoria fue el provocador bloguero Andrew Breitbart, muerto de un ataque al corazón en marzo de 2012, a los 43 años y quien fuera destructor de carreras políticas mediante teorías conspiratorias y chismes pasados de tono como que Obama no había nacido en EUA y que su gobierno estaba contratando musulmanes fundamentalistas. Luego creó la marca Big y la puso en práctica en varios portales web (Big Journalism, Big Hollywood, Big Government) con los que atacó sin piedad a innumerables personalidades desde su atalaya conservadora.

Tras la muerte de Breitbart, Steve Bannon, insurgente populista outsider, tomó la estafeta de la posverdad, capitaneando la mentira con réditos políticos. Bannon dirigió las municiones de sus rumores y calumnias contra musulmanes, feministas, demócratas y cuanto progresista viera con piernas de jinete. Andrew Breitbart llegó a considerar a Bannon como el “Leni Riefenstahl del movimiento Tea Party”, con lo que evidenciaba la simpatía de su medio digital por el nazismo. Breitbart News, más radical incluso que Fox News, abanderó la alt-right como fe secular, compuesto por anti-valores al estilo de la supremacía blanca, el antisemitismo, el populismo de derecha, la segregación racial y el machismo desaforado. Algunas de sus proclamas eran: “¿Preferirías que tu hija tuviera feminismo o cáncer?”; o, “Levanta alta y con orgullo la bandera confederada”, que era el símbolo de los estados esclavistas durante la Guerra de Secesión. La esposa de Bannon llegó a demandarlo ante los tribunales por no permitir que sus hijas asistieran a escuelas donde estudiaran hijos de judíos.

Bannon, exoficial de la Navy y exbanquero en Goldman Sachs, fue uno de los mas fervientes seguidores de Trump, quien durante su campaña presidencial lo fichó como jefe ejecutivo de su comité y ya en su calidad de presidente electo lo nombró estratega jefe y consejero senior de su gobierno. Bannon también es cofundador del Government Accountability Institute, una fundación sin ánimo de lucro para desenmascarar “el capitalismo de amigos, el mal uso del dinero de los contribuyentes y la corrupción del gobierno”, que en los hechos se tradujo en calumniar a Hillary Clinton y a republicanos como Jeb Bush. Otra faceta de Bannon es la de director de películas como Undefeated (documental sobre Sarah Palin, la excandidata republicana a vicepresidenta) y In the face of Evil (documental  sobre Ronald Reagan).

Todo un enemigo del establishment, Bannon no duda en usar la posverdad como única bandera para destruir a los enemigos de la Casa Blanca. Su periodismo, que ahora se ha convertido en boletín oficial de la administración Trump, ha sido considerado por medios como Bloomberg Businessweek, en su portada de octubre de 2015, como “el agente más peligroso de la política norteamericana”.

 

 

 

15diario.com