DISPARATES
28 de diciembre, día del pendejo
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Hace 4 décadas el litro de gasolina costaba 55 centavos. Luego de 22 años de estabilidad, subió en 1976 a 3 pesos.  El rumor se propagó antes y hubo filas kilométricas en las gasolineras, llenando además del tanque del vehículo, tambos, bidones, tinas, ollas tamaleras y hasta bacinicas. Se agotó la reserva. Ante el aumento de 445 por ciento, acaparar combustible suponía para los automovilistas un ahorro. 

El actual desabasto de gasolina no se debe a los conductores, hay otros motivos.

Pemex acusa a algunos concesionarios de las franquicias de distribución de especuladores, ante el incremento de los precios.

A los dueños de las gasolineras les preocupa más el negocio que traen entre manos Peña Nieto y sus pandillas: la liberación de la venta al público. Las transnacionales podrán traer sus marcas, pero no de gratis; imagine usted de cuánto fueron los moches, y cuántas las ventajas que les dio nuestro gobierno corrupto. Será una competencia muy dispareja.

Los actuales concesionarios se sienten estafados; siempre han sido leales al PRI, pero el sello de este sexenio ha sido la traición.

A partir de 2017 los expendios de gasolina tendrán su logo: Gulf, Chevron, Shall, Costco. No hay obligación de exhibir el de Pemex, salvo los concesionarios nacionales que lo deseen.

Podremos imaginarnos agringados al llegar a estas gasolineras sin despachadores, y hasta pagar en dólares; pero la liberación será solo hacia arriba, olvide la diminución del precio; eso, como las oscuras golondrinas de Bécquer, jamás volverán. 

Con la gasolina sucederá lo mismo que con la banca, los dueños extranjeros protegiendo a sus compatriotas, y obteniendo jugosas riquezas en nuestro país.

Ya saben que no hay tos; los mexicanos somos, como dijo el directivo de la  Carrier, “muy dedicados y baratos”… dignos discípulos del maistro Torres. 

a_hugo16@hotmail.com