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2334 6 Abril 2017

 

 

Dilemas de la izquierda
Samuel Schmidt

 

Austin.- Un amigo decía que el principio de la izquierda actual es “Contra los ricos hasta alcanzarlos”. La izquierda tiene una historia de división constante debido a las interpretaciones rigurosas de lo que se considera la teoría. Del Marx endiosado se derivaban las formas tácticas y estratégicas que llevarían a un mundo mejor.

Aunque por desgracia la realidad política se apegó a las pasiones malsanas y bajos instintos de la lucha por el poder generando sistemas que se alejaban mucho del mundo feliz, ejemplos sobran: el Gulag, los campos de reeducación chinos, el sistema policíaco cubano, el régimen asesino nor coreano. Por ahí cruza el asesinato de Trotsky en México y las purgas sistemáticas en los partidos de la vanguardia del proletariado, dónde los proletarios estaban ausentes.

Esa era una izquierda estudiosa e idealista, muy contraria a la izquierda actual que es calculadora, pragmática sobre el acceso al poder y sus beneficios y en el caso mexicano, muy proclive a la corrupción.

Lo que en su momento fue un caso emblemático consistió en el intercambio de la gubernatura de Nayarit con el PRI de Muñoz Ledo por una senaduría para Jorge Cruickshank, líder del Partido Popular Socialista (PPS).

Desde entonces el PPS pasó a conocerse como Pocos Pero Serviles, condición no muy lejana de algunos de los líderes de aquella izquierda que hoy se concentran en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Los Chuchos, una de las tribus más importantes llegaron con lo que aprendieron en la escuela del Partido Socialista de los Trabajadores, un partido subsidiado por el gobierno, y de cuyo líder y dueño un caricaturista una vez dijo algo así: record de lo insólito, esta semana Aguilar Talamantes no se corrompió.

Ante el pragmatismo no es de extrañar que muchos de los pasos del PRD se den en consonancia con el gobierno, la justificación gira alrededor de un falso nacionalismo y hasta patrioterismo.

Pero Vox Populi sostiene que siempre hay una ganancia económica para los que toman las decisiones y si el rumor es cierto, se trata de muchos millones de pesos (cómo la recompensa para una candidata que declinó a favor del PAN en Tlaxcala), pero vaya usted a creer en habladurías.

Cuestión aparte que no es de menor importancia, es como algunas de las familias perredistas se han apoderado del poder legislativo y se alternan las curules entre cónyuges.

Una de las motivaciones de esta nueva izquierda es un fuerte apetito por el poder como medio para adquirir riqueza, prestigio y más poder. Han quedado lejos las viejas ideas de la política como instrumento para lograr la felicidad y especialmente para eliminar las diferencias económico-sociales. Ellos quieren ser igual de ricos que los ricos, los pobres que se jodan si no trabajan duro.

La izquierda mexicana ya no habla sobre revolución, su discurso es conservador, parecen haberse vuelto cómplices de la estructura de poder que los ha enriquecido y los ha vuelto funcionales a los propósitos de continuidad del orden de cosas.

Esta nueva izquierda fue incapaz y no quiso enfrentar al neoliberalismo que empobreció a la sociedad hasta niveles preocupantes. Por el contrario, se volvieron cómplices de las peores infamias al apoyar decisiones políticas que a todas vistas ampliarán la desigualdad en el país (reformas de Peña, que algunos dicen lograron votos a cambio de muchos millones).

La consecuencia ha sido una lucha fratricida por los beneficios y privilegios que da esta postura política, que ha fracturado al partido llevándolo a perder terreno político-electoral.

Se fracturaron en el senado, perdieron la disciplina partidaria y la dirección del partido confronta esta lucha de egoísmos constantemente. Es inevitable, que el liderazgo partidista sea inestable y la elección sea complicada porque enfrenta múltiples oposiciones internas.

Sus seguidores se han ido y hoy el partido, según algunos analistas, si le va bien apenas mantendrá el registro. Pero como la política esta llena de paradojas, ahora que esta en el suelo tendrá el poder de inclinar la balanza para la gubernatura del EDOMEX, al sumar sus magros resultados a favor de alguna de las opciones viables.

De dominar la inclinación izquierdista sus votos serán para MORENA, pero si domina la corriente corrupta, seguramente se inclinarán por el PRI, gobierno que ya les tiene tomada la medida ($$$$).

La derecha se recompone facilitando la consolidación de la ultra (Yunque), el centro se reduce y se vuelve cada vez más amorfo, la izquierda se corre a la derecha para reproducir lo peor del discurso y práctica política: La corrupción.

En el 2019 amaneceremos con una nueva versión de la izquierda mexicana, cualquier cosa que esto sea; posiblemente se mueva entre la marginalidad y la derrota sistemática. El factor MORENA forzará una reconfiguración. ¿Hacia dónde será?

 

 

 

15diario.com