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2347 25 Abril 2017

 

 

¡Día del niño en familia!
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- Así como los tiempos de guerra son un factor de riesgo para la humanidad, los tiempos de paz son la mejor oportunidad para emprender nuevos caminos hacia la construcción de comunidades prósperas y democráticas, con bienestar social y desarrollo sustentable, en donde logremos reducir las brechas de pobreza y desigualdad que afectan a la niñez.

Para hacer frente a este desafío humano, los países miembros de la ONU, entre ellos México, adoptaron en septiembre del 2015 un nuevo plan de acción denominado “Transformar Nuestro Mundo: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, la cual establece 17 objetivos con 169 metas que abarcan las esferas económica, social y ambiental.

La Agenda 2030 implica un compromiso común y mundial de movilizar los medios necesarios para cumplir sus objetivos, mediante alianzas centradas en las necesidades de los más vulnerables, para que nadie se quede rezagado en la pobreza, la educación, la salud y la desigualdad, siendo muy importante fijar nuestras propias metas nacionales en cuanto a brindar una atención integral y una educación temprana de calidad a niñas y niños prioritariamente de sectores urbano-marginados.

Nuestra meta debe ser el desarrollo integral de la primera infancia, compromiso por el que llevamos más de 26 años de trabajando a través de los Centros de Desarrollo Infantil del Frente Popular “Tierra y Libertad” (los CENDI), un modelo innovador de atención a la niñez, orientado a potenciar el máximo desarrollo biopsicosocial desde antes de nacer, con el fin de formar ciudadanos emocionalmente equilibrados, responsables y solidarios.

En los CENDI reconocemos que las bases para una sociedad próspera están en la educación, la salud y la nutrición, ejes a su vez del desarrollo y formación del capital humano, siendo hoy un agente transformador de la realidad social de su entorno, pues contribuye a revertir el círculo de la pobreza, reduciendo las desigualdades y cumpliendo los derechos de la niñez.

La primera infancia es una etapa fundamental en la vida de todo ser humano, pues es donde el cerebro adquiere la mayor cantidad de conexiones neuronales y resulta primordial que la calidad de los estímulos y experiencias que reciba sean oportunas y precisas, ya que a pesar de que nuestro cerebro es un sistema dinámico y plástico que nunca deja de aprender, existen ciertos periodos críticos en el curso de la infancia que son determinantes.

Durante los periodos críticos el cerebro es más susceptible a aprender y tiene la capacidad de moldearse en función de las experiencias y los estímulos que recibe de su ambiente día a día, siendo vital conocer aquellos factores que favorecen o perjudican su desarrollo biopsicosocial y proceso de enseñanza-aprendizaje.

Realizar un diagnóstico inicial de cada niña y niño permite al equipo multidisciplinario de los CENDI conocer sus capacidades y habilidades, así como aquellas áreas del desarrollo que requieren reforzamiento. Además, detectar oportunamente dificultades visuales, auditivas, de lenguaje o de otra índole que requieran ser atendidas y corregidas en los primeros años.

Sin embargo, la atención integral y la educación temprana no tendrán éxito sin la gestión, la formación y el acompañamiento de la familia, que más allá de ser la célula básica de la sociedad, es el grupo fundamental y el medio natural para el crecimiento y bienestar de niñas y niños.

La familia es la primera maestra y la que ejerce mayor influencia en la vida de la niñez si mantiene fuertes lazos de amor, pero amor traducido en educación, salud y nutrición desde el embarazo saludable, el parto humanizado, la lactancia materna y las buenas prácticas de crianza, para estimular más sus destrezas, habilidades y talentos, así como para desarrollar sus actitudes, acciones y opiniones más positivas.

La familia, independientemente de su estructura, es la responsable de promover el bienestar de niñas y niños en la primera infancia por ser la etapa mayor vulnerabilidad, donde las adversidades ocasionadas por negligencia, maltrato o falta de cuidado impactan en su crecimiento integral y pleno, lo cual no debemos permitir que suceda por pobreza, ni por ignorancia.

Por ello, que el próximo domingo 30 de abril sea un ¡feliz día del niño y de la niña en la familia! para reforzar nuestros lazos de amor, sin caer en el mercantilismo promovido por las cadenas comerciales y con la esperanza de que Gobernador y Diputados aceleren la ley desarrollo integral infantil.  

 

 

 

15diario.com