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5 de julio de 2010
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Ficción democrática

Samuel Schmidt


Ha sido derrotado el propósito de las elecciones que consiste en darle a la sociedad la oportunidad de escoger a sus gobernantes, cuyo fin debe ser asegurar la felicidad de todos.

Estas elecciones se vieron enmarcadas en la violencia política, en un incremento del crimen en contra de políticos que van desde el asesinato a candidato a gobernador en Tamaulipas hasta presidentes municipales y regidores (Oaxaca), funcionarios policiacos (varios estados de la república).
Parece obvio pensar que no se encontrará a los culpables de los asesinatos, a menos que se dé con uno definido políticamente como fue el caso de Luis Donaldo Colosio, será como los miles de casos que se cierran con la mención de que es cuestión del narcotráfico.

Muchos piensan que el elevado nivel de abstención electoral se debió al clima de miedo que recorre al país. En Oaxaca circuló el rumor de que la APPO y la sección 22 del SNTE incendiarían el estado, detuvieron a 12 con bombas molotov. Hay tedio por el bajo contenido de las campañas, aburrimiento por el viejo estilo de ofrecer de los políticos que terminarán por no cumplir nada, fatiga electoral porque aunque hay cambio de partidos los políticos siguen siendo los mismos y cambios de piel constante.

La novedad de la elección fue el intento por unir agua y aceite en la alianza entre PANy PRD y que llevó a que el PRD defienda al presidente que un sector de su partido considera ilegítimo. En la psique popular hay convencimiento de que el líder nacional del PRD se vendió y que recibió una cantidad sustancial a cambio de la nueva política. Un taxista en el DF me decía que un asesor de la cámara de diputados le contó que en las sesiones de la plenaria del congreso las oposiciones a votar son solamente para elevar el pago correspondiente al legislador, aunque esto no sea veraz, lo cierto es que se amolda a la percepción de que los políticos actuales se han elevado a niveles de corrupción nunca soñados; sobra quien está convencido que la candidata del PRD en Tlaxcala declinó a favor de la del PAN, a cambio de una jugosa compensación. ¿Quién abrirá por primera vez la boca para desnudar el nivel de deterioro ético-moral de los políticos mexicanos?

Existe la percepción de que esta elección, como muchas de las pasadas han sido compradas. El nivel de miseria que arrasa al país hace que sea fácil comprar votos por despensas, sacos de cemento, o una tarifa que varía según el estado y el municipio. Abundan las versiones de contingentes que llevan inmensas cantidades de dinero por ejemplo del Estado de México y que serían parte de la estrategia del gobernador para amarrar su candidatura presidencial.

Comprar un voto no es comprar una voluntad, es un simple acto comercial. La persona tiene un valor en la mano y se lo vende al mejor postor, luego entonces, si una elección se compra el ganador representa a las fuentes de dinero que le permitieron hacerse de un puesto de gobierno y su distanciamiento de la sociedad debe verse con toda naturalidad. El voto en efecto es un acto libre que no implica mayor responsabilidad al haberse convertido en una transacción comercial. Bajo esta premisa se sustentan las elecciones de estado. Estos comportamientos son antitéticos con la noción de democracia, pero a los partidos políticos mexicanos les preocupa muy poco ésta, lo que quieren es el poder para saciar sus apetitos.

Si estas elecciones son un preámbulo para el 2012 entonces veremos una elección mega corrupta, alianzas y componendas pragmáticas, el fin de la ideología, la ausencia de ideas y la desaparición de la construcción del futuro a cambio de la consolidación de intereses facciosos cuya meta es saquear al país y establecer un dominio de largo alcance.

Pensar que el resultado electoral muestra una inclinación ideológica es un mero engaño. Los líderes políticos han pasado por diversas rutas políticas que hoy los han inmunizado hacia los compromisos ideológicos.

La sociedad queda más confundida que siempre. Las opciones casi desaparecidas y gana quien pueda manejar a los medios de comunicación para lo que se requiere de cantidades ingentes de dinero, lo que acelera la corrupción.


Si algo han logrado estas elecciones es que han derrotado a la democracia. Si el vocablo viene del griego demos=pueblo, cratos=gobierno, habrá desaparecido el demos. Pero como en política no hay vacíos, éste ha sido reemplazado por clepto=robo, luego entonces es correcto hablar de cleptocracia.


Pocas esperanzas para un país sumido en la amargura y el engaño y la desesperación de ver que no hay quién los saque adelante.

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