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19 Septiembre 2011
15diario
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MUROS Y PUENTES
El gimnasio de los republicanos
Raúl Caballero García

Dallas, Texas.- Luego de ser Marabunta, fueron ocho los aspirantes a la nominación republicana que los pasados 7 y 12 de septiembre se presentaron en Californa y Florida, en sendos debates televisados: Jon Huntsman, gobernador de Utah; Herman Cain, empresario (el único afroamericano); la representante de Minnesota Michele Bachmann (la única mujer); el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney; el gobernador de Texas, Rick Perry; Ron Paul, representante de Texas; el ex congresista Newt Gingrich; y el ex senador de Pennslyvania, Rick Santorum.

Luego de eso, hoy por hoy, de entre los ocho los que cuentan con más posibilidades de ser nominados son tres, de acuerdo a los reflectores y a las encuestas: Romney, Bachmann y Perry; y aunque podríamos decir que en realidad son sólo dos, hay que seguir apuntando a Bachmann aunque sólo sea por la inercia del Tea Party, del que proviene; asimismo hay que acotar que Sarah Palin puede de un momento a otro lanzarse a la competencia.

Todos los mencionados son extremistas, conservadores obstinados a más no poder, pero lo ultras no los hace necesariamente fuertes. Así las cosas, sea quien sea el nominado de los republicanos, Obama seguirá enfrentando a la corriente pétrea de la extrema derecha entre ellos. Esta semana culmina con la contienda centrada entre Perry y Romney, sin embargo según destacan los analistas, ambos arrastran notables pesos que los hacen débiles, principalmente desde sus creencias religiosas –lo que puede ser paradójico pues el “voto evangélico” a Perry le puede ser de gran utilidad. Pero esos aspectos dan para más, dejémoslos para próximos apuntes, tan sólo detengámonos a justificar el señalamiento de que “la caballada (republicana) está flaca”, para decirlo en los hípicos términos del líder charro mexicano Fidel Velázquez.

Perry viene anteponiendo la religión a la política, y eso en el ámbito de la disputa electoral nacional se vuelve en su contra. Hay quien dice que su oficina en Austin es una especie de púlpito evangélico; ha dicho excentricidades como que él es capaz de llevar a Texas a separarse de la Unión o que el Seguro Social es una conspiración fraudulenta; ante un estadio lleno de evangelistas a donde acudió a dar un discurso se transformó en pastor, señalaron sus críticos, dejando de ser el gobernador, y todos esos asegunes a la hora de las campañas por la grande saldrán a relucir para deslucirlo.

A Romney, como a Perry, su fe también lo vuelve electoralmente vulnerable, es mormón. Los mormones cargan una serie de cuestionamientos por las peculiaridades de sus creencias, en cuyo seno la poligamia era aceptada en un pasado ni tan lejano, por ejemplo. Sin embargo pese a eso este ex gobernador de Massachusetts goza de credibilidad, pero lo que acaso lo debilita en esta pelea por la nominación (sobre todo a los ojos del juez, es decir del Tea Party) es que entre todos los duros es el más moderado.

Así que pasando a una alegoría boxística, el réferi sigue siendo el Tea Party que ha permeado las bases del Partido Republicano, por eso los diferentes rivales tratan de quedar bien ante los miembros de ese movimiento, haciéndose los más rudos.

Los apostadores en torno al cuadrilátero, con los datos más recientes en la mano, subrayan el nombre de Perry. La encuesta más comentada estos días (la de ABC y Washington Post) ubica al texano como favorito, con varios puntos arriba de Romney y muy por encima de Bachmann.

Los republicanos se están midiendo con cierta anticipación. Los aspirantes avanzan round tras round rumbo a la convención nacional en la que se habrá de arropar al que resulte candidato, lo cual será el 27 de agosto del próximo año. Y es que se dice que buscan exponer el músculo de sus figuras presidenciables, aunque los que se subieron al ring no lo son necesariamente ni al parecer tienen el músculo suficiente.

Cuando todavía ninguno de ellos había oficializado su aspiración publicamos un cartón de Cam Cardow, un dibujante de planta en el The Ottawa Citizen, en el que aparecen varios elefantes en calzones de boxeadores (con distintivos del partido); están arriba de un ring “en el gimnasio republicano”. Uno salta la cuerda, otro levanta pesas, otro más hace sombra y otro, con pistolas a la cintura, levanta los brazos. A todos los uniforma no sólo el calzón sino más bien lo flacuchos, todos son escuálidos, y se ven aún más macilentos toda vez que tienen cuerpo de elefantes (que es la mascota representativa de los republicanos); bueno pues abajo del ring dos tipos muy trajeados los han estado observando, y uno voltea a ver al otro y le espeta: “me estás vacilando ¿verdad?”.

Lo más ácido de la escena dibujada por Cardow es que sin ser mencionada, la respuesta es contundente como un nocaut, cancela las apuestas. Por ahora en la realidad es el mismo cuadro, pero desde que George W. Bush alcanzó la presidencia, nadie es descartable en este país. Obama tiene en contra la situación de la economía que siempre determina las cosas, por lo que su segundo periodo se ve cuesta arriba, pero tiene a su favor la falta de candidatos fuertes entre sus posibles contrincantes.

Y por ahora éstos ahí van entrenando en los debates, pero es temprano hasta para conjeturar otra cosa que no sea el desgaste que en sus condiciones les significan, precisamente, los debates.

Así pues tomando en cuenta que quienes manejan el gimnasio no tienen para dónde voltear, como no sea hacia Alaska, lo cual no les representa ninguna garantía ni, creo, posibilidades reales, lo que sí es previsible es que a quien suban en hombros durante la convención nacional necesitará muchas vitaminas para dar el ancho de cara a la pelea estelar, pues de la convención a la elección, entre agosto y noviembre, el ring será el de la política nacional, donde los pugilistas son examinados y cuestionados sin reticencias partidistas, donde deben mostrar visión de estadistas sin descuidarse, siempre con la guardia en alto pues en el momento menos pensado un uppercut, de izquierda a derecha, lo manda a la lona.

Escritor regiomontano, y director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth, Texas.

 

 

 


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