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971 13 Enero 2012

ANÁLISIS A FONDO
Estela de corrupción
Francisco Gómez Maza

De 100 a 800 millones de pesos
Fue inaugurada, pero no terminada

C
iudad de México.-
Los reporteros que cubren las actividades de la Secretaría de Educación Pública ─lamentable que su titular, Alonso Lujambio, esté ya fuera del encargo y en algún hospital de los Estados Unidos, por sus graves padecimientos cancerígenos─ fueron esperanzados a la conferencia de prensa que ofrecería Ignacio López, director de la empresa constructora de la “Estela de luz”, el bodrio que ha sido piedra de choque entre amplios sectores de la llamada sociedad civil y el gobierno del señor Felipe Calderón.

El sábado pasado, subrepticiamente, el presidente de la república inauguró tal monumento a la ineficiencia, a la corrupción y al complejo de grandeza y soberbia de que hace gala el michoacano. Los reporteros tenían la esperanza de que el funcionario, director de la constructora ligada a Petróleos Mexicanos, cuya razón social es “Triple I” aclarara las dudas.

Pero las “explicaciones” dadas por el señor López no aclararon nada. Y sí confundieron a todos. Dedicó toda la conferencia a defenderse y a defender al gobierno con el que contrata grandes negocios. Y sólo dejó grandes preguntas.

Como todo el mundo sabe, el “monumento” tendría que haber sido terminado y entregado, e inaugurado, para las fiestas del Bicentenario, en septiembre de 2010. Pero… algo pasó que aún no tiene explicaciones satisfactorias.

Y López provocó con sus explicaciones de ayer, en un lujoso hotel de paseo de la Reforma en el Distrito Federal, más confusión y más preguntas sin respuesta. Lo único que hizo fue descalificar un dictamen que presentó en la Cámara de Diputados el diputado ecologista Pablo Escudero (del Partido Verde), argumentando que era un “seudo dictamen”.

El dictamen presentado por Escudero fue fuente de una nota publicada hace unos días por el grupo periodístico Reforma. “Seudo documentos para atacar al gobierno federal, la Secretaría de Educación Pública y la empresa que represento”, dijo López ante reporteros decepcionados e indignados porque el empresario no aclaró lo fundamental.

El monumento, inaugurado pero aún no concluido, será entregado hasta el mes de marzo al Banco del Ejército (Banjército), el contratante de las obras de construcción, una vez que Tripe I haya hecho la supervisión final de la obra, las pruebas de encendido de las luces, las gestiones administrativas, y expida los documentos que garanticen por un año su funcionamiento.

Pero llama la atención el manejo de los costos y los precios de la construcción de la “Estela…”. López reconoció que hubo un “sobreprecio”. ¿Sobreprecio, cuando originalmente la obra costaría unos 100 millones y terminó costando poco más de 800 millones de pesos?

Según López, el arquitecto César Pérez Becerril, el contratista que elaboró los planos iniciales del monumento, calculó mal todo, lo que ocasionó los “sobreprecios” en la compra de materiales. Tan sólo en acero se gastaron unos 22 millones de euros, y en los paneles (panéles, por favor, y no páneles) de cuarzo, 90 millones de pesos. Ah, y estos y otros materiales fueron comprados en Italia. ¡Hágame el favor!

Los funcionarios que estuvieron a cargo del contrato original supuestamente ya están sancionados, pero no se sabe que haya algún proceso penal en contra de ellos. Y sí. De 100 millones de pesos, la Estela de Luz terminó costando al erario más de 800 millones.

Ah. Y eso sí. Sin ninguna sensibilidad social, el contratista del señor Calderón tuvo la desfachatez de declarar que “todas las opiniones son bienvenidas”, pero “lo importante es que la gente (¿la gente?; ¿qué es la gente?) se está apropiando de ella. Representó extraordinarios desafíos, pero… es una obra bellísima”, dijo sin calcular que sus expresiones son realmente ofensivas no sólo para los habitantes del Distrito Federal, sino para todos los mexicanos.

Una “Estela” absolutamente inútil. 800 millones de pesos, su costo de construcción. Cuánto se tendrá que gastar en su mantenimiento. Tranquilamente, López explicó que el gasto total en wats eléctricos será equivalente al de tener más de 50 mil lámparas o focos, como se les llama en México a las bombillas de luz, durante 7 horas continuas.

¿Y los demás costos del mantenimiento? Quién pagará. ¿El gobierno federal? ¿El gobierno del Distrito Federal?

La Estela de la idiotez. No hay otra expresión para nombrarla, por no insistir en que es el monumento al gobierno fallido de Calderón.

Ay, los panistas. No tienen ni idea de lo que es gobernar en un país tan contrastante, tan de pocos ricos y millones de pobres, como México.

Pero ahí está la Estela de luz. Para que el próximo gobierno federal comience un ejercicio de investigación de la administración panista. Todo huele mal, mi querido Felipe. Todo. Hasta las cifras del Banco de México y del INEGI que hablan de grandes logro en el manejo de la economía nacional.

analisisafondo@cablevision.net.mx

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La Quincena Nº92

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