ANÁLISIS A FONDO
Palabra de Calderón
Francisco Gómez Maza

Prometió no inducir las elecciones
Pero continúa metiendo la cuchara

Ciudad de México.- Se puso muy bien –“chida”, diríamos en el lenguaje del día a día‒ la sesión de ayer en la Cámara de Diputados. La oposición priista y de izquierda tundieron al presidente Felipe Calderón. Y lo tundieron por su porfiada y contumaz intervención en el proceso electoral, con la finalidad de inducir el voto a favor del partido oficial con su candidata Josefina Vázquez Mota. Los diputados panistas sólo hicieron berrinches y no pudieron defender al presidente. Los albicelestes que subieron a tribuna sólo hablaron con el hígado.

Abrió el debate, luego de una serie de anodinos testimonios feministas desde tribuna en ocasión del día de la mujer, el diputado priista Felipe Solís Acero, uno de los dos sub coordinadores de la campaña electoral de Enrique Peña Nieto. Felipe, experto en cuestiones electorales, reprochó a Calderón el uso de los programas sociales para beneficiar la campaña de Vázquez Mota.

El ex priista, ahora perredista y fanático de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Ibarra Pedroza, de Jalisco, fue otro que desde la tribuna arremetió contra Calderón y el panismo, por lo mismo: el uso de los recursos públicos a favor de la candidata presidencial Vázquez Mota. Rudo se portó con su paisano Paco Ramírez Acuña, líder de la bancada albiceleste, ex gobernador del estado de la charrería y primer secretario de gobernación de Calderón.

Solís Acero, y lo secundaron Ibarra Pedroza y todos los oradores del PRD, del Partido del Trabajo, de Movimiento Ciudadano y hasta del Verde, sacó a relucir el apoyo, anunciado hace unos días por Calderón, para dotar de computadoras a los jóvenes, y recordó que Calderón, luego de promover a su candidata ante los cuadros dirigentes de Banamex, el 23 de febrero, al día siguiente, el día de la bandera, promedió que no intervendría más.

Pero Calderón es contumaz, obsesivo, maestro de la engañifa y el embuste, acusó Solís Acero, haciendo alusión al reportaje que Julio Scherer García acaba de publicar bajo el título de “Felipe Calderón, de Cuerpo Entero”. Lo volvió a secundar otro perredista, Víctor Castro, de Baja California Sur.

El asunto del uso de los recursos públicos con fines electorales opacó en la Cámara las celebraciones del día de la mujer. Había quedado inconcluso en la sesión del martes 6 de marzo, cuando la oposición manifestó su indignación por un boletín de prensa del gobierno sobre un programa de la Secretaría de Desarrollo Social para “capacitar” a adultos mayores de 60 años en asuntos electorales.

“Cándidamente”, en el boletín de prensa no. 170/2012, el secretario Heriberto Félix Guerra decía: “Resultado del convenio firmado por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) y el Instituto Electoral del Distrito Federal (Iedf), se capacita en los clubes y centros culturales del Inapam en el DF a las personas mayores de 60 años, para que conozcan los materiales electorales con aditamentos especialmente diseñados para facilitar el ejercicio del voto en las próximas elecciones y eliminar así las limitantes de su derecho a la participación”.

Hasta el IFE local se embarcó en esta nueva inducción electoral del señor Calderón. Y aún más. Una perla de cinismo: el propio Félix Guerra lo dijo: “hoy más que nunca se necesita un compromiso institucional que permita erradicar, de una vez por todas, las viejas prácticas donde los recursos sociales se cambiaban por votos para uno u otro partido, y la mejor forma de hacerlo es dando a los adultos mayores las herramientas para que puedan ejercer plenamente su derecho al voto”.

Otra sesión camaral del diálogo de sordos en el Congreso. Y mientras, la reforma política, que daría nuevos aires a la “democracia” mexicana con la revocación de mandato, la reelección de legisladores, entre otros asuntos torales, duerme el sueño de los justos, de los hombres que viven debajo de la tierra, como canta el gran Jaime, mi paisano.

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