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1031 6 Abril 2012

La Délicatesse
Margarita Hernández Contreras

Dallas, Texas.- La Délicatesse, con Audrey Tautou y François Damiens, bajo la dirección de David Foenkinos y Stéphane Foenkinos, es un película que disfruté... y la disfruté porque supongo que uno nunca deja de ser lo que siempre ha sido: una cursi.

Me pareció dulce y verosímil, si bien en algunas muy contadas ocasiones un poco colgada pero no como para influir en mi deleite por la cinta.

Es una historia de amor o de dos amores, los dos ciertos y profundos, uno el de la juventud, el ideal, el primero, el que siempre se da lleno de magia inesperada, cuando la cursilería tiene más melcocha pero el alma la digiere de lo mejor. Se trata de Nathalie y François que se enamoran y casan y viven el amor pleno y satisfecho de sí mismo.

Una tarde François sale a correr mientras Nathalie se queda leyendo y apenas un rato después está viuda.

Uno puede imaginar la profundidad del dolor que causa la ruptura inesperada de lo que es la fuente de tu alegría y de lo que da significación a tu vida; el llegar a un departamento vacío, sin él, con su ropa, su computadora, sus olores aún filtrándose por cada recoveco de ese espacio por dos compartido.

Nathalie no encuentra otra salida que meterse con cada molécula de su ser a la chamba. Me parece que así quiere darle espacio al dolor y tal vez no sentirlo tan a flor de piel y tal vez no sentir que podría fácilmente morirse sin François. Sus padres y amigos se preocupan pero también saben que no hay nada que puedan hacer, ni ellos ni nadie; saben que este terreno es exclusivo de Nathalie, que lo más que pueden hacer es esperar en la periferia para cuando ella pueda salir de allí.

Pasan tres años de viudez y Nathalie lanza un anzuelo sin pensarlo bien, más bien de manera inconsciente, y un colega sueco, Markus, se lo traga perplejo para acabar totalmente prendido de Nathalie. Markus tiene el “don” de pasar desapercibido, de parecer un pusilánime, puesto que no es apuesto en el sentido de “galán de película de amor”. Se ve neurótico. Es hombre de pocos amigos, parco. Como decimos en México, posee las tres “efes”: feo, fuerte y formal. Tiene el corazón abierto a lo que la vida le ponga enfrente y resulta que la linda Nathalie se le planta con cierto aplomo enfrente y él no la quiere soltar. Yendo más allá de la apariencia, Markus resulta ser un tipo inteligente, sagaz, con sentido del humor, dulce, gentil y considerado.

En esos tira y aflojas que se van dando entre ambos, Nathalie comienza a tomar nota de la sensibilidad, seriedad y profundidad de lo que Markus le plantea y ofrece.

Sin embargo, está la percepción de mediocre que se tiene de Markus y aunque Nathalie parece no darse cuenta, los demás sí; lo confunden, no lo reconocen, lo ignoran, hasta se mofan de él.

Por fortuna Nathalie es una mujer sensible que se percata de lo valioso que es Markus y apuesta por él.

El final me pareció muy conmovedor, cuando en off, se oye a Markus decir que se va a quedar allí, en el centro de todas las versiones de Nathalie que se ha podido imaginar desde que la conoce.

Guadalajareña, vive en el área de Dallas. Es traductora profesional del inglés al español.
margarita.hernandez@tx.rr.com.

 

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