Los Niños Incómodos
Hugo L. del Río
Monterrey.- Nuestra clase política es ratera, voraz, güevona y, por si fuera poco, hipócrita. Todos los partidos políticos se molestaron con el video de los Niños Incómodos. Se entiende: los fariseos no soportan la verdad.
En definitiva, ¿qué hacen los peques? Lo suyo es una actuación que refleja la realidad que viven a diario ellos y sus mayores.
O qué: nos van a decir que los güerquitos exageran porque representan a policías corruptos cómplices o, mejor dicho, criados de los malos.
Pero si aquí estamos viviendo el escándalo de la mal llamada Fuerza Civil, la gendarmería de élite tres de cuyos agentes violaron a dos muchachas mientras otros seis uniformados supongo que aplaudían y tomaban fotos o filmaban.
La burocracia política dirá que es un exceso, pero me animo a decir que todos o casi todos los nuevoleoneses hemos sido testigos de asesinatos, asaltos a mano armada, balaceras, levantones, gente encajuelada, tráfico de hermanos de otros países cuyo único delito es no tener unos cuantos papeles.
Me encantó la escena del legislador dormido en plena sesión. Un diputado, un senador ganan en un día más, mucho más de lo que devenga toda una familia de trabajadores en medio año.
Pero, pobrecitos, es tan agobiante su responsabilidad que se cansan y en ocasiones no alcanzan a dominar la fatiga.
Los chiquillos le dirigen un mensaje muy claro a la cleptocracia que ya nos dejó en pelotas:
“Si este es el futuro que me espera, no lo quiero”. Los chavales creen que México ya tocó fondo. Lamento decir que, en mi opinión, falta lo peor: creo que apenas estamos ante las puertas del infierno y antes de muchas lunas y muchos soles un pie calzado con botas nos empujará a los círculos de Dante.
El llamado que hacen los chiquitines a la conciencia de los politicastros se entiende porque a esa edad uno todavía es ingenuo.
Pero claro está que Peña Nieto quiere sentarse en la silla para favorecer a los Atlacomulcos y obedecer sus órdenes; el sueño de Jose, supongo, es crear una teocracia; el pobre de Quadri –lo menciono por cortesía— alucina con privatizar las penitenciarias y subir el IVA al 18 por ciento e incluir en dicho abuso fiscal a los alimentos y medicinas.
Espero no errar, pero hasta donde veo o creo ver las cosas el único que no es matón, ratero, yunquista o privatizador es el Peje.
Pero volvamos a esa maravilla de minipelícula: once millones de visitantes se ríen del malestar de la fauna dizque política.
Bien hecho, chavales. Y una felicitación a Nuestro México del Futuro y al Grupo Nacional Provincial, que se puso guapo con la marmaja.
Dicen, y dicen bien, que el video “no es otra cosa más que el reflejo de las temáticas tocadas por los mexicanos”. Sí, finalmente estamos despertando.
Pie de página
En Monterrey no nos aburrimos. Si acaso, habrá quienes se desesperen y caigan en el mal humor.
Me imagino que ése es el caso de Ivonne, a quien un fallo judicial la obliga, por segunda vez, a regresar a Guadalupe para cogobernar con Ismael –je je, es un decir— el sufrido municipio.
Bravo por los ciudadanos inconformes con el chapulineo, sus abogados y la juez.
