ANÁLISIS A FONDO
El pitonizo de San Cristóbal
Francisco Gómez Maza

Sólo un milagro podría salvar a Chepina
Pero en política no existen los milagros

Ciudad de México.- Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN a la presidencia de la república, no ve lo duro sino lo tupido. Ahora ha sido herida con una banderilla de su misma cuadrilla.

Quien se la clavó en la espalda fue el mismísimo Vicente Fox Quesada. En cuyo gabinete fungió como secretaria de desarrollo social. (Los pisos firmes que levantó los hizo por obligación, porque recibía un sueldazo como secretaria de estado, por lo que no puede presumir de ellos ni usarlos para ganar la simpatía de los votantes que ven televisión.)

El corazón del ex presidente está con el PAN, pero está seguro de que quien ganará las elecciones del primero de julio será el priísta Enrique Peña Nieto, quien por cierto le agradeció ayer, en Querétaro, su premonición.

Fox no es tan tonto como muchos dicen. Sabe lo que dice el rancherote.

Y es que la campaña de la señora diputada y economista y ex
secretaria de educación del gabinete del señor Felipe Calderón no prende. Algunas encuestas de la víspera le dieron ya un empate técnico con el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

Y viene en picada, no obstante que las riendas de la coordinación de la campaña panista fueron tomadas por el propio presidente de la república ante el cúmulo de tropiezos en que ha incurrido la señor Vázquez Mota, que se ve desmejorada físicamente, se le perciben a leguas las angosturas en el pecho y, luego del “golpe de timón”, a la defensiva, como si por el triunfo se estuviera jugando la vida.

Se ve difícil, aunque nada es imposible, que la candidata panista remonte y rebase al priísta, más cuando adolece de seguridad en sí misma. Ya faltan únicamente 77 días para la jornada electoral.
Fox Quesada ha advertido que sólo un milagro la podría salvar. Pero en este negocio de las elecciones puede haber acarreos, compra de votos, manipuleo mediático, toda clase de chanchullos, hasta informáticos, pero jamás puede haber milagros.

Comparto el análisis que el maestro Alfonso Zárate realiza de las posibilidades de Vázquez Mota, luego del “rosario de errores y pifias” en que la albiceleste ha caído desde que se le vació el Estadio Azul, a principios de marzo, cuando tomó protesta como candidata, hasta el “golpe de timón”, del cual ella insiste en que es la autora y “La Jefa”, y no el presidente Calderón.

Josefina se puso a la defensiva, cuando declaró que “ninguna propuesta, ninguna crítica, ningún argumento de nuestros adversarios quedará sin respuesta”. Y con esta actitud, empezó a tender el sudario en que será envuelto su cadáver político, el primero de julio, al decir de pitonisas como Fox Quesada.

El equipo de Vázquez Mota ha comenzado a explorar los puntos que considera débiles de sus adversarios, particularmente de Enrique Peña Nieto.  Roberto Gil Zuarth, el coordinador de la campaña panista, empezó ya a revelar los compromisos “incumplidos” por el ex gobernador del estado de México.

Pero Peña Nieto ni suda ni se acongoja. “no me voy a distraer en responder las provocaciones de los otros partidos. Ni son temas para su servidor, ni me ocupa, ni me preocupa lo que vengan diciendo”, aclaró el mexiquense durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en Querétaro, al término del foro de la industria aeroespacial.
“Estoy claro, y además estoy plenamente consciente de lo que he comprometido, de lo que hice en mi gestión como gobernador, donde se cumplieron a cabalidad todos los compromisos, e incluso fuimos más allá de ello”.

Y retó a quien plantea los señalamientos de que no cumplió a que presenten pruebas. Y más: “hemos recurrido ante la autoridad electoral, porque me parece que ésta es una campaña sin sustento, que se basa en mentiras para confundir a la sociedad”.

Pero como lo dice el maestro Zárate, más allá de lo anterior, el golpe de timón de Vázquez Mota, si pretende ser efectivo, debería incluir cambios en el discurso y planteamientos de la candidata. Todavía, por ejemplo, sigue siendo bastante borrascoso eso que supuestamente la hace “diferente” (el género es lo único evidente).

Más todavía: Josefina sigue atrapada en la indefinición, carente de propuestas medianamente acabadas y convincentes, que la distingan no sólo de sus adversarios, sino de sus correligionarios panistas.

El acartonamiento y falta de espontaneidad también son evidentes.  Y tampoco el voluntarismo (“Creo en un México que sí es posible”) parece conveniente cuando su partido ha ejercido el poder en los últimos doce años.

Cualquier ranchero con experiencia le dirá que tal cosa es así, o no es, porque él tiene los pelos de la mula en la mano. Y es el caso de Fox Quesada: Por qué asegura que sólo un milagro podrí hace que Josefina ganara la presidencia. Pues muy sencillo: porque tiene información de primerísima mano. El de las botas no es tan tonto como lo pintan.

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