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1042 23 Abril 2012

 

MUROS Y PUENTES
Horizonte de Obama en el camión de Rosa Parks
Raúl Caballero García

Dallas, Texas.-.- Con una cabeza que dice: “Se disparan los grupos de odio en EU”, la Agencia Reforma reportó el pasado 8 de marzo: “El número de grupos de odio y antigubernamentales sostiene un crecimiento constante en Estados Unidos, incentivado por el antagonismo contra el presidente Barack Obama, el resentimiento que causa un cambio demográfico racial y la cada vez más amplia brecha entre ricos y pobres, reveló un estudio.

“El Southern Poverty Law Center (SPLC), que ha monitoreado estos grupos por 30 años, registró 1,018 operando en 2011, explicó The New York Times. Estos grupos, cuya ideología está en contra de características religiosas, raciales, sexuales, entre otras, incrementaron a un ritmo constante desde 2000, cuando se tenían 602 identificadas.

“La cantidad de agrupaciones homofóbicas, por ejemplo, aumentó de 17, en 2000, a 27, en 2010, indicó el documento de SLPC.
“Asimismo, el reporte se refiere a un impresionante incremento de organizaciones autodenominadas patrióticas, cuya ideología incluye una gran desconfianza hacia el gobierno federal. En 2011, había mil 274 identificadas, contra 824, en 2009”.

La fotografía para recobrar lo ganado en el pasado
El enfado y la sensación límite que sintió Rosa Parks en Montgomery, Alabama, en 1955, cuando se negó a ceder su asiento a un ciudadano blanco —en aquel camión urbano que pasó a la historia como uno de los hitos en la lucha por los derechos civiles, del cual la señora Parks fue bajada y arrestada, convirtiéndose con ello en activista emblemática en Estados Unidos— las imaginó y reflexionó en torno a ellas el presidente Barack Obama, el pasado miércoles 18 de abril en Dearborn, Michigan —donde el famoso camión se exhibe en el Museo Henry Ford—, durante los momentos que pasó en su interior.

Obama, captado por la cámara del periodista Pete Souza, aparece sentado, pensativo, viendo a través de la ventanilla.

Con ese acto, con esa imagen que distribuyó la Casa Blanca (Souza es el fotógrafo oficial), Obama expresa un cúmulo de razones que afloran a partir de lo sentido por la señora Parks. Expone la historia del país.

Al situarse en el autobús de Rosa Parks nos hace recordar la discriminación racial que entonces imperaba.

“Me senté ahí un momento y reflexioné sobre el coraje y la tenacidad que forman parte de nuestra historia más reciente”, dijo ese día el presidente en un mitin de campaña en Michigan.

El coraje, el valor, que tuvo Parks para encarar al status quo y decir “¡ya basta!” y con ello detonar las confrontaciones que redundarían en la conquista de los derechos civiles.

La tenacidad, la resistencia, que dio cauce a la dignidad luego de pintarle el límite al racismo, a la discriminación.

Obama fue a sentarse dentro de un momento histórico y con ello nos recuerda que el coraje y la tenacidad que “forman parte de nuestra historia más reciente”, no pertenecen al pasado o por lo menos no se quedan tan sólo en ese pasado histórico, sino que son parte de un presente combatiente, por decirlo en los términos del activista social en que momentáneamente se convirtió el primer mandatario al asomarse a los sentimientos de Parks, al sentarse y reflexionar en esas sensaciones límite que la llevaron a resistirse y expresar “¡hasta aquí!”

En la imagen Obama, solo en el espacio del autobús, sentado en el costado izquierdo, se ve abstraído mirando a través del cristal de la ventanilla el suceso ocurrido hace 57 años. Una mirada que nos da la pauta para recorrer los acontecimientos provocados por ese incidente clave para el movimiento por los derechos civiles: el boicot al transporte y su reglamentación, la organización de activistas, el cierre de filas en torno a Martin Luther King, y en fin, esa lucha que desató represión y sangre pero que culminó —a mediados de los años sesenta— en la firma de la Ley de Derechos Civiles y la de Derecho al Voto.

Todo aquello está detrás de la ventanilla del autobús de Rosa Parks.
Todo aquello, pero también el presente combatiente, nuestro presente, nuestra actualidad. Obama fue a sentarse al autobús de Rosa Parks, sin duda como un acto de campaña (muy bien premeditado, por cierto), pero al mismo tiempo tampoco caben dudas de que el acto encierra más, mucho más que un acto de campaña. El presidente Obama en el sitio de Rosa Parks, el primer presidente afroamericano en el asiento de la primera mujer afroamericana que se emancipa de la subordinación, el dignatario de la Casa Blanca en el autobús de la dignidad de doña Rosa.

Es a la vez un homenaje y una acción política. Implica la actualidad en la que se inscribe su campaña, Obama —y con él sus huestes— tiene ante sí a una derecha extrema que ha desatado los demonios del pasado, los del odio y el racismo y la xenofobia. Todas las draconianas iniciativas antiinmigrantes, todos los crímenes de odio (contra latinos, negros, homosexuales y otras minorías) son expresiones que si bien nunca han desaparecido, en los últimos tiempos se han exacerbado, como reporta la nota de Agencia Reforma.

La imagen de Obama en el autobús de Parks permite el repaso y exige tomar nota. Lo que dijo horas después en el mitin son palabras que acaso emergen de esa mirada a través del cristal: “Tienes el autobús en el que se sentó Rosa Parks”, enmarcó el presidente, y enseguida como incrustando el memorable pasado en la pertinencia del presente, añadió: “Hacen falta ciudadanos comunes para provocar el cambio, ciudadanos que estén comprometidos con la lucha y que sigan impulsando a este país a acercarse cada vez más a sus propios ideales”.

La lucha hoy por hoy la podemos dar registrándonos como electores y acudiendo a las urnas para hacer historia, la nueva historia, la de nuestro futuro donde habremos de repasar nuestro presente combatiente.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital.

 

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