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1049 2 Mayo 2012

 

CRÓNICAS PERDIDAS
Todo es relativo
Gerson Gómez

Para Rigoberto Puppo Puppo

Monterrey.- Cambio de capital a ciudad. La Habana a Monterrey.  Lo más impactante. De dos regímenes distintos. Aterrizó en el aeropuerto de Monterrey y se sintió agobiado. El golpe de calor y sin palmeras.
Había salido de Cuba ansioso.

Su primera vez. Participar en la cátedra sobre la historia literaria de José Martí.

¿Cómo sería el choque intelectual entre comunismo y capitalismo?

Lo recibieron con un narco bloqueo. Toda la carretera que conecta la urbe con la zona conurbada, convertida en un gigantesco estacionamiento.

Hasta que llegaron los integrantes de la marina, con las grúas, se descongestionó el asunto.

¿La Marina ─le preguntó extrañado al chofer─, aquí hay cerca mar?

No, míster ─le contestó el piloto─, sólo un par de presas. El mar está a cinco horas por carretera.

Llegó al hotel, en medio de la zona turística.

Se instaló en la habitación, se desabrochó el saco y se quitó los zapatos, que ya le resultaban incómodos.

Prendió la teve. Le pareció inmensa la cantidad en la oferta de canales.

Dos camas, y matrimoniales. Colocó sus escasos enceres en la mesa, junto a la cafetera, dejando libre el otro espacio.

Quizá voy a compartir habitación con una familia.

Llamó a la administración y le contestaron que no. Que la habitación sólo está asignada a una persona.

Pero esto es una barbaridad, contestó.

La chica que atendió la llamada le preguntó si podía ayudarle en algo más.

Bajó al lobby y salió a estirar las piernas un poco.

Se adentro por la zona peatonal de Morelos.

La luz de los restaurantes le gastó la vista.

Entró en el Súper 7, como quien accede a una iglesia. De puntitas y sin hacer ruido.

No le negaron el servicio o le invitaron a salir. O decirle que es sólo para nacionales o turistas.

Observó detalladamente cómo los clientes entran, consultan, seleccionan el producto, pagan y salen.

Esto deber ser el cielo, o un error, le comentó a la dependiente, una mujer viuda de cincuenta años.

Ella le respondió: eso depende del cristal con que se mire. Allá afuera hay más hambre, robos y gente mala.

Le regalaron una Pepsi kick, un cilindro y una gorra.

Llévesela y pruébela. Son productos de introducción. Gratis.

Abrumado, en el sillón de su habitación, abrió la botella de plástico, sudando de lo frío que está.

Le supo un poco rara.

No tan mala como la que endulzan con remolacha en mi país.

 

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pq94

La Quincena N?92


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