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1146 14 Septiembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
La retrógrada Ley Calderón
Francisco Gómez Maza

Sólo 4 sesiones para dictaminarla y aprobarla
Velan armas los diputados hacia el debate

Ciudad de México.- Por fin, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó, por unanimidad, la integración de la comisión de trabajo y previsión social que, bajo la presidencia del priísta y dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), diputado Carlos Aceves del Olmo, tiene la responsabilidad de analizar, discutir y dictaminar la retrógrada reforma a las leyes laborales, presentada por el señor Felipe Calderón y defendida con singular entusiasmo por el señor Carstens, gobernador del Banco de México.

Cuando se instaló esta LXII Legislatura, el pasado día primero de septiembre, el encargado del llamado poder ejecutivo “inició” (como dice el argot legislativo) dos iniciativas de carácter preferente (o sea que los diputados tienen que aprobarla ya), una de las cuales propone reformas radicales a la legislación laboral –la Ley Federal del Trabajo-, que atentarían contra los derechos de los trabajadores. Homologarían las relaciones obrero patronales con las que imperan en las economías de mercado libre.

La comisión instalada ayer en San Lázaro deberá tener listo el dictamen de la reforma calderoniana, para que el pleno de los diputados la discuta y apruebe antes del 30 de septiembre. O sea que será prácticamente aprobada al vapor, porque a partir de hoy los diputados sólo disponen de cuatro sesiones para lograrlo. Qué le gusta. Una semana para que la comisión dictamine la iniciativa y sólo dos sesiones para aprobarla.

Pero el presidente no descansa, aunque en el caso no quiere aparecer como el villano. Pero recuérdese que en política politiquera lo que parece es. Y no dude por ningún motivo que Calderón ha estado usando a Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, para hacerle el trabajo sucio, antier con ese tonto pronóstico de crecimiento de la economía y, ayer, para pedirle al Congreso que apruebe tal cual la iniciativa laboral del ejecutivo. Afortunadamente, la LXII Legislatura ya no está controlada ni manipulada por Calderón y, aunque los de la “izquierda” son de la corriente que generalmente negocia en lo oscurito, quiero pensar que entre ella y en la bancada del PRI hay gente decente –no lo quiero pensar; estoy seguro-, que no permitirá que la reforma pase como la quiere la derecha panista, salvajemente librecambista; o sea, que sólo privilegie a la parte patronal.

Pero mientras son peras o son manzanas, el gordito del banco central planteó ayer el meollo, el objetivo del gobierno panista en materia laboral y que es privilegiar a los empleadores o desempleadores y mandar al carajo a ese otro gran engranaje de la producción -la fuerza de trabajo-, que tendría que ser muy apapachada si es que en realidad se quiere, como lo advierte todo el mundo, desde el Banco de México hasta el Fondo Monetario Internacional y la OCDE y los propios patrones, elevar la productividad de la planta y la competitividad en el concierto de las naciones.

Pues el señor Carstens definió los aviesos intereses del presidente del desempleo: una ley que dé flexibilidad para que las empresas contraten y despidan personal, en base a que enfrentan tiempos buenos y malos. Qué bien. ¡Los trabajadores viven desde hace 12 años en la más deliciosa bonanza!

Como México tiene el mercado laboral más rígido del mundo, las empresas mexicanas son las menos hábiles para contratar y despedir gente. Y la rigidez incide en la baja productividad de la mano de obra. Los salarios bajos son producto del lento dinamismo de la productividad. Se requiere, por tanto, de un marco jurídico para que las empresas dejen de gastar en litigios que merman la productividad.

Aclaro: eso es lo que advirtió ayer el gobernador del Banco de México al hablar, sin sentido, en la sexta conferencia anual sobre competencia y regulación, denominada “México compite. La agenda pendiente del federalismo regulatorio”.

Majadero es lo menos que se le podría decir al señor Carstens, y perverso al señor Calderón, porque estoy seguro de que ni ellos mismos creen lo que exigen a la Cámara de Diputados. Además, como si estuvieran en condiciones de exigir, cuando ya quedan sólo 77 días de la pesadilla panista. Pero… Pero, aunque la institución que gobierna es “autónoma”, Carstens se ha dedicado a promocionar al señor Calderón, a sabiendas de que la productividad y la competitividad de la economía sólo dependen de un justo equilibrio entre el capital y el trabajo, los dos factores fundamentales. Y así como se privilegia al primero, tiene que privilegiarse al segundo. En última instancia, la mano de obra es la parte que en realidad importa.

A desfondo
El pleno de la Cámara de Diputados está dedicado a la “glosa” del VI y último informe de gobierno. Y francamente, lo que han hecho los bisoños diputados es perder el tiempo en peroratas sin el más absoluto sentido. Da pena ajena escucharlos. Pero, como dicen en mi tierra, qué querías por un tostón, mi querido Francisco.  Nos veremos el lunes venidero. Y que pasen un feliz final de semana. Hoy, los chiapanecos celebran la anexión de Chiapas a México. Seguro que habrá un festival en Bellas Artes.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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