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1208 11 Diciembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Con qué se como la austeridad
Francisco Gómez Maza

Dinero para desarrollo, seguridad social…
Ajustes inmediatos al gasto improductivo

Ciudad de México.- Los programas de austeridad gubernamental, hasta el gobierno clausurado el 30 de noviembre pasado, habían sido un recurso meramente mediático de los presidentes de la república, a unos días de que iniciaran su periodo de seis años.

Un golpe publicitario para crear expectativas entre la población, pero jamás tuvieron resultados positivos.

El gobierno recién inaugurado el primero de diciembre no podía ser la excepción. Ayer lunes, el presidente Peña Nieto dio a conocer el suyo.

Tan sólo en un recorte de 5% en los sueldos de mandos medios y superiores de la burocracia se ahorrarían unos dos mil millones de pesos de un presupuesto de gasto federal de 3.9 billones.

El secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, aún no tiene una estimación del impacto total del programa de austeridad en el presupuesto de gasto federal. Habría que sumar recortes en muchos rubros del llamado gasto corriente, como reducción de gastos operativos de las dependencias y entidades paraestatales y reorientación de los ahorros obtenidos a los programas y actividades sustantivos de la administración.

La diferencia del programa de austeridad del nuevo gobierno con los de anteriores administraciones federales estriba en que don Enrique se ufana de cumplir todos los compromisos asumidos, aunque la experiencia histórica indica que los programas de austeridad gubernamental nunca han incidido en el fomento del desarrollo económico, ni de la seguridad social, ni de la educación, ni mucho menos en la atención integral de los problemas que más aquejan a la población, propósitos enunciados por el mexiquense en el decreto que firmó y publicó ya.

Aceptando sin conceder, queremos creer que los propósitos de Peña Nieto, mediante la racionalización del uso de los recursos públicos, la reducción de los gastos operativos de las dependencias y entidades paraestatales, el mejoramiento de la prestación de servicios a la ciudadanía, la eliminación de duplicidades en la estructura orgánica y en los programas gubernamentales, podría convertirse en un venero de recursos monetarios adicionales para, como lo señala el decreto presidencial publicado este lunes en el Diario Oficial de la Federación, para financiar los programas que fomenten el desarrollo económico, la seguridad social, la educación y la atención integral de los problemas que más aquejan a la mayoría de los mexicanos, pobres de toda pobreza.

El decreto publicado ayer, con el interminable encabezado de “Decreto que establece las medidas para el uso eficiente, trasparente y eficaz de los recursos públicos, y las acciones de disciplina presupuestaria en el ejercicio del gasto público, así como para la modernización de la Administración Pública Federal, tiene dos vertientes para lograr sus objetivos:

La primera es a través de ajustes inmediatos al gasto corriente de operación en las secretarías de Estado y entidades paraestatales. La segunda, a través de un diagnóstico integral que identifique las duplicidades en las estructuras organizacionales y en los programas del gobierno, las áreas de oportunidad para mejorar procesos y la prestación de servicios y, en consecuencia, que se establezcan las acciones de mediano plazo para mejorar y modernizar el funcionamiento del gobierno. O sea: un gobierno eficaz que haga más con menos. ¿Será?

La esperanza de los ciclos sexenales. “Ahora sí con éste”. Pero, ¿va en serio Peña Nieto? ¿No será el reiterativo ritual de cada inicio de una nueva administración sexenal? Después de tantas promesas de todos los que llegan a La Silla, los primeros de diciembre de cada seis años, es muy difícil creer para los mexicanos. La mula no era arisca…
Sin embargo, como lo hemos advertido en entregas anteriores, aunque parezca un lugar común de cada inicio de gobierno, no queda más que esperar los primeros cien días. O sea que haremos balance el nueve de febrero venidero. Como dicen en mi terruño: A ver si como ronca duerme.

A desfondo
Pasado el mediodía, como a eso de las 13 horas de ayer, en el Museo de Antropología, mero enfrente del Bosque de Chapultepec,  el presidente de la república presentó su iniciativa de reforma educativa que, dicen los aprendices de todo y oficiales de nada, que va dirigida a partirle la madre a la maestra Elba Esther Gordillo. No lo dé, pero el hecho es que yo le llamaría una iniciativa de reforma del sistema de escolaridad, que no de educación, porque la escuela en México nunca ha educado. La educación implica enseñarle a los muchachos incluso a dudar de lo que se les enseña. La educación es para hacer hombres libres y lo que tenemos es un sistema que sólo crea servidumbre, mano de obra muy mal pagada.

Ayer, el padre Alejandro Solalinde, defensor y ayudador de los migrantes centroamericanos que entran a México de paso hacia el Sueño Americano, fue galardonado con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2012. El premio le fue entregado por Peña Nieto. La CNDH reconoce a Solalinde por su desempeño en el albergue “Hermanos en el Camino”, ubicado en Ixtepec, Oaxaca, el cual fundó el 27 de febrero de 2007. El presbítero coordina las actividades del albergue, y con su equipo de voluntarios proporciona alimento, posada, atención médica, apoyo psicológico y orientación jurídica a las personas migrantes.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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