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1221 31 Diciembre 2012

 

Parece que ya se jodieron los OE's
Ernesto Hernández Norzagaray

A Luis Armenta

Mazatlán.- Escribo estas líneas cuando la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso del Estado tomó la decisión de no transparentar el proceso de revisión de expedientes y las entrevistas que se les solicitaron a los aspirantes a magistrados y presidente del TEE y el CEE.

Suponemos que lo mismo hará con los candidatos a consejeros electorales, si no se impone el nefasto sistema de cuotas partidarias, que se ha practicado en la integración de los llamados organismos autónomos.

Es una decisión del Congreso del Estado en el uso de sus facultades constitucionales que no deja de tener costos políticos cuando se hace una lectura discrecional. Pues, lo  qué podría ser un mero trámite, similar al de contratación de un empleado legislativo se ha transformado en una suerte de boomerang que amenaza golpear la cara de sus miembros.

Sociedad organizada y medios
Hoy, si bien es un sector reducido, el que exige que la selección sea transparente este ha demostrado una gran capacidad de resonancia mediática. Los medios de comunicación comentan sus acciones y algunos de ellos les conceden hasta ocho columnas. De manera que ha sido capaz de trasmitir su inconformidad hacia el resto de la sociedad sinaloense.

Y ya sabemos sus posibles efectos: ante la resistencia de esta comisión de transparentar el examen y selección de los aspirantes esta se traduce en un insumo de desconfianza para quienes finalmente serán designados magistrados y consejeros. Una desconfianza que crece a cada momento en que se comenta en los medios el manejo tras bambalinas.

Esto lo están percibiendo quienes de buena fe y con vocación ciudadana se animaron a registrarse y ahora ante la cerrazón de esta Comisión del legislativo han decidido renunciar a la postulación.

Ahora cualquiera que sea la decisión de la Comisión podría provocar reacciones en cadena contra  quienes postularon y sean seleccionados para que el pleno los ratifique, corrija o rechace (lo que nunca se ha visto), y seguramente en el mediano plazo significará la historia que hemos visto dentro y fuera del estado. Que los magistrados y consejeros electorales sean acusados de obedecer a los intereses de un partido político gracias al sistema de cuotas.

Aquí los magistrados y consejeros del PAN, allá los del PRI o los del PRD. Y esto es una fatalidad democrática. Representa una sombra de duda sobre estos personajes que interesada o de buena fe han acudido a la convocatoria emitida.

Serán insuficientes los argumentos jurídicos y políticos que expresen los miembros de la Comisión y más todavía si eligen candidatos que han sido cuestionados por su desempeño precisamente en los órganos electorales sinaloenses. Pues no sería difícil que estos aspirantes, por su experiencia en los institutos electorales, tengan un buen expediente y un mejor desempeño en las entrevistas. Tontos no son.

Sin embargo, el problema no sólo es de capacidades sino también de percepción social. Quiere decir entonces que los ungidos debieran combinar capacidad con una buena percepción. De lo contrario, los institutos surgirían con la sombra de la duda que no es otra cosa de ilegitimidad. Y eso en sus funciones pesa. Sobre todo porque los seleccionados tienen responsabilidades de organización y calificación electoral y para ello se necesita credibilidad pública. 

Escenario de la competencia
Más aún, ahora que vienen elecciones complicadas para todos los jugadores. El PRI, si bien logró ganar la elección presidencial en el estado, lo hizo escasamente con el 35% de la votación emitida, lo que significa que solo uno de cada tres votantes sinaloenses sufragó por Peña Nieto.

El PAN no es el partido de 2004, ni tampoco del 2010. Es un partido que al dejar la presidencia de la república podría entrar en franco retroceso y con serios problemas de imagen pública, luego de la integración de su Consejo Directivo Estatal.

El PRD se encuentra en sus mínimos históricos y ahora la tiene más difícil, si vemos que llegará con la resta o la competencia de los “morenos”, convergentes y petistas. Y una competencia fuerte con el Panal, que lo ha desplazado como tercera fuerza; y el PAS, que viene con todo para no solo posicionar la marca sino buscar constituirse en tercera fuerza electoral; y si se lo permiten, constituirse en partido “bisagra”, es decir, el que permita constituir mayorías absolutas en el Congreso.

El PAN y el PRD, entonces, necesitan urgentemente una nueva coalición electoral, pero ni eso podría salvarle considerando que es una elección intermedia, donde los niveles de participación caen hasta un 10-15 por ciento.

Más todavía, todos los partidos en el escenario de competencia van a tener como adversario las preferencias del grupo gobernante.

Integración y representación
Es por eso  que la integración de los órganos electorales (OE's) no es un asunto menor; todos desean sentirse “representados” en el órgano electoral y no me refiero a los representantes de partidos, sino a los que votan los acuerdos. Que alguien hable por ellos. Por eso las entrevistas son a puerta cerrada. Y más cerrada será la decisión final. Cuando los cinco miembros de la Comisión decidan quiénes son los ungidos que serán llevados al pleno.

Ahí llevan la ventaja el PRI y el PAN, pues son tres de los cinco votos. Que si se ponen de acuerdo, aun con los aspavientos de los representantes del Panal y el PT no podrán hacer mucho y menos cuando se vote en el pleno legislativo. El PRI y el PAN tienen 32 de los 40 diputados. Una mayoría calificada holgada. Se podrá argumentar que es la “dictadura de la mayoría” y que en democracia eso es válido. Sin embargo, este argumento, cuanto supone la supresión del consenso, está llamado al descrédito público. La prensa crítica se volcará en contra de la decisión y los ungidos cargarán con la sospecha, aunque no lo sean, de que son las cuotas de tal o cual partido político, incluso de un poder fáctico, como sucede con los aspirantes Jacinto Pérez Gerardo y Rigoberto Ocampo Alcántar.

Entonces, la selección de aspirantes al TEE y el CEE, tiene que ver con las reglas que establece la ley. Pues sabemos que es el Congreso del Estado quien tiene prerrogativa constitucional; sin embargo, en materia de procedimientos hasta ahora ha sido discrecional. En el pasado era producto de un acuerdo político, el sistema de cuotas entre los partidos principales y ahora un proceso más sofisticado que incluye entrevistas a los aspirantes –una práctica que empezó en la Cámara de Diputados en 2007 con resultados igualmente cuestionados, porque concluyó con el inevitable sistema de cuotas–, y eso terminará sucediendo en nuestro estado, sobre todo por unos diputados y un diseño que ayuda poco a la transparencia.

Nuevos mecanismos, nuevas vías
Se necesita avanzar en el diseño de mecanismos institucionales que salgan de las coordenadas del sistema de cuotas y abonen en el terreno de la transparencia.

Ya sea por la vía de abrir los mecanismos de participación ciudadana, como entes de observación y legitimación o lo que desde algunos años se viene planteando, que trascendamos la ciudadanización de los organismos electorales para evolucionar a la  profesionalización mediante el servicio civil de carrera, como sucede en alguna forma en el IFE, y es la constante en todas las democracias consolidadas o emergentes.

Los consejeros electorales, recordemos, fueron resultado de la convicción de imprimir confianza a un ambiente de parcialidad en los resultados de los comicios y de paso generó una nueva élite burocrática, y como siempre sucede la creación de intereses y ambiciones personales, desnaturalizaron esta figura constitucional. Vimos cómo algunos consejeros al dejar su cargo “ciudadano”  iniciaron carreras políticas meteóricas, lo que deja entrever que mientras estuvieron en el cargo tejieron relaciones y compromisos con los que luego serían sus partidos. O en otro sentido, filo-militantes que han visto en los órganos electorales, una vía para acceder a cargos públicos y a una buena paga.

En fin, cabe la pregunta de si la integración de los órganos electorales ya se jodió; en cierta forma sí. La cerrazón de nuestros diputados explica por qué el Congreso local es uno de los menos transparentes. Sus decisiones inevitablemente ya perjudicaron la imagen de quienes serán designados por el pleno del Congreso del Estado.

La sospecha sobre cada uno de ellos será clamorosa. Quizá por eso entiendo la decisión de Luis Armenta Picos, ex consejero electoral y aspirante a la Presidencia del CEE, de renunciar a su legítima aspiración por considerar seguramente que una postulación de este tipo es ante todo un acto que debe dignificar al aspirante y a la institución que convoca. Y eso que es un valor ético, parece que ha sido desplazado por las sombras y el secretismo.

 

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