EN LAS NUBES
Sus privilegios
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Sería novedad que gobernadores, presidentes municipales o líderes sindicales dijeran cómo disponen del gasto público. Para no decir su dotación de privilegios. Mantienen el morbo. Negarse, como lo hacen la mayoría de los alcaldes, es común y corriente.

Ni la exigencia del contribuyente de transparentar su encomienda, los obliga. Sus gastos desorbitados, las deudas contraídas y los desfalcos son un desafío al gobierno federal, quien lo tolera. Sigue aún el descontrol. Se empecinan en mantener en secreto la forma como manejan los presupuestos que el estado les hace llegar cada año. Y que lo agotan a su antojo. En lo que les da la gana, sin declarar oficialmente la razón. Hasta hoy, nadie les exige cuentas.

Conocer bienes, muebles, inmuebles y dinero de gobernadores y alcaldes, antes y después de mando, permitiría a la población tener un indicador de pulcritud de lo que esos funcionaros mantienen. Cuando se escarba un tantito revela, como los casos del SNTE, Pemex, CFE y muchos gobiernos y alcaldías estatales, el dispendio del dinero del pueblo. El descontrol, la corrupción.

Peña Nieto, al comunicar lo que ha ganado en su vida activa, puso el ejemplo. Nadie le creyó, como a sus más cercanos colaboradores, que también, a su modo, lo imitaron. Pero quedó inscrito como “ejemplo” para los demás.

Los desfalcos en tantas y tantas entidades, como en municipios, Naucalpan, valga el ejemplo, dados a conocer “oportunamente” cuando concluía el mandato, son pruebas de la indisciplina. Ante tanto escándalo, el ejecutivo y el legislativo, quieren poner bozal a las jaurías, hoy tan de moda, que año con año no se cansan de sangrar las arcas a las que tienen obligación de respetar y usar a favor del que paga los impuestos: nosotros.

El gobierno apenas empieza. Démosle el beneficio de la duda. Apenas comienza.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx