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1280 22 Marzo 2013

 

Candidatos piratas
Miguel Treviño Rábago

Reynosa. La carrera por la gubernatura de Tamaulipas ya dio inicio. Este año, el 7 de julio para ser preciso, vamos a elegir los tamaulipecos a 43 alcaldes y 22 diputados locales. Se acaban de cerrar las pre campañas y, por lo pronto, el PRI y el PAN ya tienen decidido quién los representará en cada municipio y en cada distrito electoral. Ahora vendrán las campañas en forma y la desesperada búsqueda por todos los medios de los votos de miles de electores. 

Hasta aquí todo pareciera normal en un proceso eleccionario, pero hay un antecedente político muy importante para tomarse en cuenta: en las últimas elecciones federales, el PAN arrasó con 6 de 8 diputaciones y además se quedó con 2 senadurías.

Miles de tamaulipecos hicieron ganar a candidatos panistas prácticamente desconocidos y sin trayectoria política de gran calado, excepto por los dos senadores de la república que sí tienen historia política: Francisco García Cabeza de Vaca y la Doctora Maki Ortiz de Peña.

De los 6 diputados ganadores poco es lo que podemos apuntar. Pero derrotaron en las urnas a reconocidos priistas y esa es una señal que tiene muy preocupados a los del tricolor institucional tamaulipeco.

En honor a la verdad, el Partido Acción Nacional fue el único partido que consultó a sus militantes de base. Cosa que se negaron a llevar a cabo los del PRI y del PRD, que impusieron sus candidatos a la vieja usanza del fast track vía dedazo o acuerdos entre amigos. En ambos casos, brilló por su ausencia la democracia y se ignoró a la militancia a la que ahora supuestamente se visita para indicarles amablemente por quién deben votar el próximo primer domingo de julio. 

Sin embargo, llama mucho la atención el hecho de que varios precandidatos del PAN muy conocidos y estimados en el blanquiazul fueran derrotados en las elecciones internas de ese instituto, y más curiosidad nos provoca el hecho de que otros precandidatos sin gran trayectoria ni arrastre político, gastaron millones de pesos en varias semanas sin que se les conozca gran fortuna personal. Y eso es lo más extraño de todo.

La pregunta obligada es, ¿quién o quiénes estaban tan interesados en hacer triunfar a candidatos panistas sin la menor posibilidad de triunfo frente al PRI en la próxima contienda electoral? Se impone una amplia investigación de parte del Comité Ejecutivo Nacional del PAN para conocer de dónde salieron tantos millones de pesos para que ciertos panistas triunfaran y otros mordieran el polvo amargo de la derrota. 

Lo cierto es que si los panistas triunfaran en los principales municipios de Tamaulipas, los que producen más votos y más fuerza política, estaríamos profetizando que el próximo gobernador de Tamaulipas puede ser cualquiera de los dos senadores del PAN que se convertirán en candidatos naturales a ocupar el Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria. De allí el interés del PRI de ganar haiga lo que haiga que gastar tanto en candidatos del PRI ya muy vistos, como en candidatos del PAN sin posibilidades de triunfo real.

Es a todas luces un doble juego muy perverso, pero clásico en la política mexicana. Primero, imponer a candidatos del PRI y, luego, comprar candidatos del PAN cien por ciento perdedores. Aunado a ello, estimular económicamente a candidatos de otros partidos sin fuerza ni presencia política electoral para que arrebaten votos, para mermar todavía más la fuerza política de los blanquiazules. Lo que todos conocemos como vulgares esquiroles o paleros fieles a la máxima de “divide y vencerás” que en Tamaulipas se convierte en “divide y cobrarás”, en las ventanillas de los ayuntamientos y del gobierno del estado. Así de simple, así de descarado. 

Nadie puede poner en tela de duda que es una buena estrategia tricolor. Comprar candidaturas azules, amarillas y de otros colores que se oferten, para hacer triunfar a sus gallos por más desplumados que se encuentren. Si se pudieron comprar miles de votos para hacer triunfar un candidato presidencial, cuál es el problema para estimular a una docena de seudocandidatos para que se tiren a la lona cuando su manager se los indique.

De allí nuestra insistencia con afán investigador de que el CEN de Acción Nacional reponga algunos procesos de elección de ciertos municipios y en otros francamente los anule por actos de corrupción con acuerdos en lo oscurito y marca reconocida de cochinero.

Dicen que en la guerra y en el amor todo se vale, y ésta es un guerra política. Lamentamos que en Tamaulipas se replique el método de compra-venta utilizado para que regresara el PRI al poder. Pero ahora más simplificado y baratito: en lugar de comprar miles de sufragios, se opta por comprar un puñado de candidatos perdedores del PAN y del PRD y luego premiarlos con diputaciones y regidurías que no sólo compran su silencio y complicidad, sino algo que nunca se recupera, que es la dignidad.

Pero si el hambre es mucha, pues hasta las migajas de piso se levantan. Veremos y diremos. Mejor aún, veremos y seguiremos escribiendo. 

trabago49@hotmail.com http://mx.groups.yahoo.com/group/elobservadorpolitico/

 

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