La dama de hierro
Hugo L. del Río
Monterrey.- Los puesteros volverán a ocupar Morelos y todas las calles de Monterrey que quieran. Son votos y las mordidas integran el verdadero sueldo de los inspectores. La alcaldesa Arellanes mandó hacer el desalojo de la peatonal de tal forma que no deja otra salida más que el regreso, condicionado a compromisos más electorales que políticos. Y es que a nadie le conviene una solución.
Los comerciantes ambulantes siempre han sido los dueños de la vía pública: se instalan a su antojo y sí, son una competencia desleal porque no pagan impuestos ni cuotas del IMSS ni servicios básicos como agua y luz. El comercio organizado hace como que le duele la competición, pero más que desalojarlos, lo que quiere es poner sus propios puestos o, por lo menos, entenderse con los puesteros en plan de patrón-empleado. Y Arellanes necesita carne de ánfora electoral: si se puede, de preferencia, enlistados en el PAN.
Los ambulantes tienen que trabajar, pero no son dueños de las arterias citadinas. Tampoco es posible simplemente ir con fusileros a decirles que se vayan. Esa, es responsabilidad de la Comuna: ofrecerles otras opciones.
La edil se quiso manifestar como la versión tercermundista y en huaraches de Margaret Thatcher y envió a su Royal Navy a Morelos a poner en juego la prepotencia y la intimidación. Aquí todos mienten: el perredista Eduardo Arquijo –dejará de ser diputado–primero acusó al teniente Axel Velázquez de cortarles cartucho a los de Morelos. Luego se retractó y dijo que quienes hicieron el amago fueron los azules. Pero por lo menos Arquijo trató de hacer algo, y si falta a la verdad es por reflejo condicionado. ¿Qué podemos esperar de un político?
Como sea, insisto, finalmente manoteó: Ismael Flores, los croquistas y la CNOP, si es que ésta última aún existe, se habrán limitado a ver el show por la tele. En lo inmediato, Arellanes logró sus objetivos: dama de hierro que le devuelve espacios importantes a la ciudad. Bah, esa película la hemos visto muchas veces. Los oferentes pueden repetir, en plural, la palabra mágica de McArthur: volveremos. Acepto apuestas doble contra sencillo.
