HORIZONTE CIUDADANO
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Para ejercer el periodismo, ante todo hay que ser buenos seres humanos.
Las malas personas no pueden ser buenos periodistas
Ryszard Kapuscinski
Inaceptable, vergonzoso, imperdonable
Saltillo.- Estamos de luto. El atroz y bárbaro asesinato del joven de 22 años Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa, fotógrafo del periódico Vanguardia, y el de Julián Alejandro Zamora Gracia de 23 años, ha dado la vuelta al mundo y ha sido objeto de solidaridad y reprobación por parte de la prensa mexicana y extranjera.
Lamentablemente el hecho ha sido acompañado, de la incompetencia e impericia de las autoridades de Justicia del Estado, las que en un acto de pretensión de lavarse las manos, inmediata e improvisadamente optaron por criminalizar a las víctimas imputando a los jóvenes sacrificados su presunto involucramiento con la delincuencia organizada, sin investigación, ni actuación profesional de por medio.
¿Es que la PGJE quiere apercibirnos de que, lo que les pasó a Daniel Alejandro y a Julián Alejando era merecido porque andaban en malos pasos? Eso es doblemente grave, pues no sólo se acusa y se trata de justificar el asesinato de las víctimas, también se los vincula con el crimen organizado para que ni los familiares ni los conocidos sigan con las demandas de investigar a fondo y aplicar la justicia.
La cortina de humo que la PGJE intentó crear para hacer creer que los jóvenes eran unos delincuentes es una maniobra perversa que debe ser desmentida por la exigencia de Vanguardia y de la sociedad.
Queremos que se llegue al fondo de las investigaciones.
Al criminalizar a las víctimas se evita que las familias y la sociedad se unan, eso les funciona a las autoridades, inmediatamente se generaliza la opinión de que las víctimas merecían morir.
¿Quién merece esa muerte?
Para las autoridades es más fácil culpar a las víctimas que investigar y ésta es la peor y más perversa forma de debilitar el Estado de derecho.
Las familias y la sociedad lo recibimos como una afrenta. Como lo dijera hace un año Javier Sicilia: “Una persona que es capaz de criminalizar a las víctimas, sobre todo un procurador, se convierte en un delincuente y no merece estar al frente de una institución encargada de procurar la justicia”.
Esta oscura estrategia no sólo contribuye e incrementa la cultura de la impunidad, también genera espirales de violencia muy acelerados, porque significa que la autoridad cede espacios a la venganza y a la injusticia, lo que puede provocar más muertes.
Debemos rebelarnos contra la criminalización de las víctimas y específicamente contra la pretensión de la PGJE y su argumento fácil de que los jóvenes masacrados eran parte de la delincuencia organizada. Hay que apoyar a las familias de los asesinados, quienes esperan al menos un consuelo de la sociedad y respeto de las autoridades hacia sus seres queridos.
Que las autoridades criminalicen a los criminales, no a las víctimas.
La próxima semana conmemoraremos el Día de la Mundial de la Libertad de Prensa, ésta sigue siendo frágil, dice la ONU. En México, los periodistas se enfrentan a diario a amenazas gravísimas.
La organización civil Artículo 19 se solidarizó con Vanguardia y sostiene que en Coahuila se registró el índice más alto de agresiones contra la prensa en 2012 y lo que va de este año; no olvidamos que en 2011 las instalaciones de Vanguardia fueron atacadas y hasta ahora no hay consignados.
Muchísimos periodistas son silenciados o censurados por gobiernos, empresas y personas influyentes. La impunidad que disfrutan los que atacan o amenazan a los periodistas sigue siendo un fenómeno inquietante y prevaleciente.
El trabajo de los periodistas constituye una contribución indispensable para la construcción de sociedades más firmes, saludables y pacíficas, por ello exigimos a las autoridades de justicia de Coahuila garantías para ejercer el derecho a la libertad de expresión, así como el esclarecimiento del crimen contraDaniel Alejandro Martínez Bazaldúa, fotógrafo periodista y el de Julián Alejandro Zamora García.
