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1314 9 Mayo 2013

 

Guadalupe en deuda
Hugo L. del Río

Monterrey.- César Garza no hizo tan mal papel en la Legislatura local, pero sus negocios con el cetemista Ismael Flores lo anularon como alcalde de Ciudad Guadalupe.

El líder del cetemio se molestó porque la senadora Ivonne Álvarez le dio a entender que se le convirtió en un obstáculo para su carrera política. Y sí, es cierto. Ismael es impresentable. Pero eso de negar, de tajo, el pago a todos los proveedores a quienes Álvarez no alcanzó a liquidar resulta absurdo y abre, al tiempo, un ancho espacio para practicar el deporte predilecto de la burocracia: cobrar el porcentaje “de ley” por autorizar el pago de la factura.

Sin duda, Álvarez dejó a Guadalupe en ruinas, pero de ahí a negarse a cubrir el adeudo a la CFE, por poner un ejemplo, hay un paso de gato de siete leguas. Los optimistas dicen que la deuda guadalupense es de 200 millones; los pesimistas, quienes generalmente tienen la razón, hablan de poco más de mil millones.

Entre que son peras o manzanas, si usted quiere cobrar lo que sea, será conveniente que se entienda con Ismael. El de la CTM lleva rato como cacique de la ciudad. Él puso al 90 por ciento, o más, de los funcionarios. Casi el único que responde a César Garza es su tío, Héctor Mario González Villarreal, secretario de Administración. Je je. Lo que administre don Mario lo tomo de cianuro y no me pasa nada.

Lo bueno es que el líder del sindicato municipal, Héctor García, no responde a los intereses de Ismael, pero tampoco le hace caso a César. El resultado del desmadre, al grito de ya, es que los proveedores no quieren abastecer a Guadalupe; y el riesgo a mediano plazo es que la segunda urbe de Nuevo León se pinte de azul. Lástima: César tenía el potencial para escalar altas cimas. Quizás olvidó la vieja, sabia sentencia de que el poder no se comparte.

Pie de página
Doble remolque cargado con toneladas de gas y conducido a exceso de velocidad en autopista del Edomex: fórmula segura para la tragedia. Los únicos que controlan las carreteras mexicanas son los narcos, y la Cámara de Diputados se niega a cambiar la ley de Caminos, Puentes y Autotransportes Federales para prohibir o por lo menos fijar límites a los camiones con dos vagones. El año pasado, este tipo de vehículos provocó cinco mil accidentes con un número no determinado de muertos y heridos. En México la vida humana es más barata que los fletes.

 

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