HORIZONTE CIUDADANO
El teatro del absurdo
Rosa Esther Beltrán Enríquez
“La libertad, no consiste en la ausencia de leyes,
sino en el sometimiento a las que
uno mismo ha contribuido a crear”.
Jean J. Rousseau
Saltillo.- La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila (Cdhec) se creó el 30 de junio de 1992 y hasta ahora ha sido presidida por 8 presidentes, más el que fue electo esta semana, Segundo Carlos Francisco Xavier Diez de Urdanivia Fernández.
Yendo al grano, el poder legislativo local al parecer quiso dar muestras de su intención democrática mediante, “una auscultación amplia entre las organizaciones sociales, organismos públicos y privados, promotores y defensores de los derechos humanos e instituciones públicas y privadas de educación superior”, como lo establece el artículo 32 de la Ley Orgánica de la CDHEC.
Muchos ciudadanos pensaron que era una gran oportunidad para probar la autonomía e independencia del presidente de la Cdhec, pero además se ofrecía y garantizaba la participación de la sociedad civil y de organizaciones civiles y defensores de derechos humanos. No obstante, desde que se conoció la candidatura de Xavier Diez de Urdanivia Fernández, se sospechó que él era el candidato oficial, el del Gobierno del Estado.
Vamos despacio. El 13 de abril de 2013, se publicó en el periódico oficial que la elección de ombudsman sería por convocatoria abierta a la ciudadanía; el 17 de abril se publicó en los medios de comunicación, el 18 se invita a organismos de la sociedad civil, del 22 al 26 de abril sería la entrega de documentos, el 30 de abril se entrega el material para el examen (más de 3000 páginas); el examen fue el 13 de mayo (12 días para esa cantidad de material); y el resultado del examen no se difundió, aunque los diputados informaron que ninguno de los 3 participantes alcanzó el 7 de calificación. No obstante los 3 fueron considerados aptos por el comité responsable de la Facultad de Jurisprudencia.
Hay que enfatizar que inicialmente fueron 4 los aspirantes a la presidencia de la Cdhec, pero uno renunció; en efecto, el doctor Rodolfo Garza Gutiérrez vislumbró que el proceso de selección tenía evidentes tintes de parcialidad, que no habría equidad, que estaba sesgado, por lo que presentó su renuncia y la organización civil que lo propuso, Humanidad sin Fronteras, retiró su candidatura.
Votaron 25 diputados, y la diputada Norma Alicia Delgado realizó el conteo que fue secreto, sin revelar al público el número de votos que recibió cada candidato, entonces, ¿en dónde quedó la transparencia que tanto se pregonó?ya estaba decidido que había ganado Xavier Diez de Urdanivia a quien los diputados tomaron la protesta de inmediato como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila.
Por supuesto que las interrogantes no se hicieron esperar: ¿cómo fue posible que un doctor en jurisprudencia, con una larga trayectoria como funcionario público obtuviera la misma calificación que dos postulantes prácticamente legos en la materia? ¿Por qué se ocultaron los resultados de la evaluación oral y escrita que aplicó la comisión de la Facultad de Jurisprudencia? ¿Por qué no se informó sobre la cantidad de votos que obtuvo cada participante?
La transparencia cedió ante la discrecionalidad, ¿o no?
Para la ciudadanía coahuilense fue claro que hubo línea. ¿De quién? sólo hay un dedo que tiene injerencia decisiva en estas designaciones, sí, ese en el que usted pensó. En realidad, no hubo sorpresa pues se sabía que los dados estaban cargados a favor de Diez de Urdanivia, quien ostenta una trayectoria oficialista legendaria, siempre con el PRI, de manera que lo que se espera es que la Cdhec seguirá siendo un apéndice más del ejecutivo local, una oficinita de incompetentes que recibe quejas y no decide nada, la que además es objeto de burla de los funcionarios a quienes les emite recomendaciones, para decirlo con suavidad, una entidad más de la simulación.
Lo que sí quedó absolutamente transparente fue que la elección del ombudsman resultó una mixtura indigerible, un batiburrillo inextricable, una lamentable charada que refuerza la falta de credibilidad de las instituciones de Coahuila.
