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1330 31 Mayo 2013

 

¡Ponga al candidato en su lugar!
Miguel Treviño Rábago

Reynosa.- Una vez más quiero abordar el tema de lo que se llama el voto útil, el voto inútil, el voto nulo y el voto fantasma. Y particularmente, quiero dedicar esta columna a Arnoldo Martínez Verdugo, fundador del Partido Comunista Mexicano (PCM) quien fue un hombre y un político fiel a su ideología, que es la que más se acerca a los pobres de todo el mundo que sólo demandan justicia e igualdad social. Martínez Verdugo nunca se rindió, nunca se vendió, nunca renegó de sus ideas y sobre todo, nunca se prestó a los juegos sucios en los que hoy participan los partidos políticos subsidiados que existen, medran y maman de los dineros del pueblo.

Precisamente, quiero y deseo que los jóvenes de México, razonen muy bien a qué partido o candidatos les van a entregar sus votos en las 14 entidades federativas donde habrá elecciones el próximo 7 de julio para elegir alcaldes y diputados locales en los Congresos. Sería muy complicado analizar las líneas ideológicas de cada partido, porque simplemente ya desaparecieron o se traicionaron. Así podemos observar que los partidos que se dicen “revolucionarios” o “democráticos”, son los que más practican la imposición y el dedazo con singular alegría y con todo cinismo.

El partido de “Acción”, abandonó sus principios y perdió la brújula en cuanto tuvo el poder. El partido que dice representar a los trabajadores, postula hoy a candidatos que son empresarios, los maestros han abandonado en la cárcel a la fundadora del Panal con tal de conservar sus cheques, el llamado Movimiento Ciudadano se ha convertido en movimiento familiar y el “Verde” ni siquiera está reconocido por los partidos ecologistas de otros países, debido a la corrupción descarada en que se han visto involucrados sus dirigentes y “propietarios”.

Vistas así las cosas, los jóvenes votantes no deben dejarse llevar por la propaganda mentirosa y mañosa de los actuales partidos con permiso para jugar a las elecciones. El asunto de por quién votar en los próximos comicios del 7 de julio, hay que centrarlo en quiénes son los candidatos y candidatas, su trayectoria y experiencia política, su identificación con el pueblo, sus actividades públicas y profesionales, su conducta pública y privada, su apoyo a las causas populares, compromiso para servir y sobre todo su honestidad ideológica para con el partido que representan.

El aspecto más importante que deben analizar los votantes de los 14 Estados y concretamente, de Tamaulipas, es investigar y saber ¿cómo fueron electos o seleccionados para ser candidatos? ¿Quiénes decidieron “lanzarlos” en busca de alcaldías y diputaciones? Aquí radica la parte fundamental de una elección: ¿los eligieron los militantes de cada partido, o son imposiciones descaradas de las cúpulas partidistas, que de forma abusiva y antidemocrática se adjudicaron el derecho a nombrar candidatos entre sus amigos, parientes, cómplices, amantes, compañeros de raterías, cuates de cantina, lambiscones profesionales? Lo más triste del caso, es que en ésta última descripción caen la mayoría de los partidos. Entonces ¿por qué votar por tipos y tipas inútiles y buenos para nada ?

De allí mi invitación a votar por los mejores candidatos. Puede ser inútil para los mediocres y “paleros”. Puede ser nulo si no lo convence ningún competidor subsidiado desde las ventanillas oficiales, o bien el voto fantasma de aquellos que mejor se quedan en su casa viendo futbol o taranovelas. ¿A quién le vamos a regalar nuestro voto el próximo 7 de julio? ¿Vamos a votar por los mismos agachones de siempre o vamos a darle oportunidad a quienes conocemos como gente de bien y de trabajo? El cambio con nuestros votos puede ser pacífico y renovador, o violento y doloroso si las cosas siguen igual en México, porque ya nos colmaron la paciencia todos los partidos políticos.

Tenemos la plena certeza y sobre todo las evidencias de que muchos de los candidatos y candidatas postulados, son redomados pillos, malos para todo y buenos para nada, vividores reconocidos de nuestros impuestos, profesionistas fracasados, hijitos de papá, cuates de parranda, parientes del tal o cual líder, recomendados de alcaldes y gobernadores ladrones, cómplices de nómina, etc; ¿Vale la pena votar por ellos? es obvio que estaríamos tirando nuestros votos a la basura. Y como decía el estribillo aquel: “ponga la basura en su lugar” pero por favor, no les de la oportunidad de apropiarse tres años más de alcaldías y diputaciones. Votar por esos malandrines rayaría en el más puro masoquismo.

Hoy les escribo principalmente a los jóvenes, para que analicen a cada candidato y candidata. No se trata de elegir al más simpático o a la más bonita. Se trata de hacer triunfar a los hombres y mujeres que pueden trabajar honestamente por sus municipios, por sus distritos y por sus Estados. Que la propaganda no nos enajene ni nos empañe la vista a la hora de votar, porque las consecuencias serán funestas. Es hora de abrir bien los ojos y aplicar el sentido común.

trabago49@hotmail.com

 

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