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1340 14 Junio 2013

 

HORIZONTE CIUDADANO
Traición al Estado laico
Rosa Esther Beltrán

Saltillo.- En la política no hay casualidades. El arrojo y resolución de Margarita Arellanes Cervantes, alcaldesa de Monterrey que entregó la ciudad a Jesucristo declarándolo máxima autoridad del Municipio, la pasión religiosa de César Duarte Jaquez, gobernador de Chihuahua, quien consagró ese estado al Sagrado Corazón de Jesús ante 14 mil chihuahuenses y altas autoridades eclesiales y del PRI; además del gobernador de Veracruz, Javier Duarte Ochoa, que ofreció la entidad al Doloroso e Inmaculado Corazón de María, son la justificación perfecta para fomentar el fervor religioso y mitigar la crisis de valores, usando la fe religiosa para impulsar la cohesión del pueblo, según ellos.

Es impresionante la fotografía de la alcaldesa panista Arellanes mostrando un  rostro de arrobo y éxtasis, ver a Javier Duarte encomendándose con efervescencia al altísimo, para ofrecer a los veracruzanos un mejor destino, como si los ciudadanos de Veracruz no tuvieran memoria de su cuestionado desempeño político en materia de transparencia y corrupción.

El chihuahuense Cesar Duarte Jaquez pretende esconder su polémico y objetado ejercicio de gobierno detrás de su pretendida devoción, y es que, dicen sus paisanos, ve con ánimo ardiente entregar el estado al Corazón de Jesús para ganar la grande; los dos Duarte tienen elecciones en sus estados, así que falazmente se encomiendan, esperando resultados favorables para el PRI.

No hay que perder de vista que la efusiva devoción religiosa de los políticos, la impulsó Enrique Peña Nieto, cuando con Miguel Ángel Mancera y Eruviel Ávila visitaron el Vaticano para acompañar la coronación del Papa Francisco.

Al parecer, el arrebato de fervor religioso de los políticos mantiene fuertes tintes de manipulación religiosa y política, si Plutarco Elías Calles los viera se volvería a morir; parece que el anticlericalismo tradicional del PRI, los come curas, son cosa del pasado.

La postura del sacerdote diocesano Fernando Liñán es sensata, afirma que es incorrecto que un funcionario público exprese sus preferencias religiosas en actos públicos, debido a su clara influencia en las personas y su podr para marcar tendencias, además de que los políticos deben respetar a quienes profesan religiones diferentes o ninguna, por ello deben practicar su religiosidad en el ámbito privado, explicó el clérigo.

No deja de ser exasperante el oportunismo de la clase política que, sin recato
alguno, expresa públicamente sus preferencias religiosas, infringiendo así los mandatos constitucionales.

No hay que perder de vista que la laicidad ha significado para el País un avance hacia el desarrollo de la diversidad y el pluralismo en un marco de libertad para la convivencia pacífica, lo mejor para todos es el respeto irrestricto a la libertad religiosa.

Como modelo político, el Estado laico mexicano se ha constituido en garante de libertades a las que hoy es impensable renunciar. Es un régimen social de convivencia, cuyas instituciones políticas están legitimadas principalmente por la soberanía popular y no por elementos religiosos, razón por la cual la democracia representativa y la laicidad están íntimamente ligadas.

Las leyes y las políticas públicas no pueden responder, ni a los deseos de dirigentes eclesiásticos, ni a creencias personales de los legisladores y funcionarios, éstos están obligados a velar por el interés público, lo que supone respeto a la voluntad de la mayoría y protección a los derechos de las minorías.

Se sabe que el Estado laico no es equiparable a una institución antirreligiosa o anticlerical, por el contrario, es la primera organización política que garantizó las libertades religiosas, las de creencias y de culto, por ello, las iglesias tienen en el Estado laico al garante de la libertad religiosa, que es reconocida como un derecho humano.

Frente al evidente fracaso de la clase política para sacar al país de sus problemas, mucha gente desesperada busca refugio en la religión, ocurrió así en la crisis del zedillismo, cuando los templos se llenaron como nunca. Lo imperdonable es que los políticos, en vez de resolver los problemas (para eso les pagamos), utilicen símbolos religiosos para eludir su responsabilidad.

Procurador Miguel Ángel Osorio Chong, ¿por qué se hace de la vista gorda ante la violación a la Constitución por parte de estos funcionarios públicos?

 

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