Dan vergüenza
Hugo L. del Río

Monterrey.- Uno siente pena ajena ante semejante desmadre: el atropello a la comunidad china de Monterrey; el desmentido del Consulado General de China en México al gobierno de Nuevo León, y la agresión a la sintaxis por parte del licenciado –faltaba más—Álvaro Ibarra, segundo de a bordo en la nave gubernamental.

El cónsul, Liang Jinan, viajó a esta ciudad para exigir garantías, luego que ocho de sus connacionales fueron secuestrados el pasado fin de semana. Durante tres días, los asiáticos sufrieron la angustia de quien no sabe si será liberado o morirá. El evento causó tal conmoción entre la colonia china, que los 250 restaurantes especializados en esa gastronomía cerraron.

Los voceros de los orientales hicieron saber que los aproximadamente mil residentes de ese origen estaban dispuestos a salir de Nuevo León, e incluso de México. Esto lo corroboró el señor Jinan, quien además les leyó la cartilla tanto al portavoz de Medina, Jorge Domene, como al procurador, Adrián de la Garza.

Estos adujeron que “sólo” fueron secuestradas tres personas, “y eso, por unas horas”. El cónsul puso las cosas en claro: se pagó rescate y como sea, los malos les robaron a los chinos un vehículo y otras cosas. “Esperamos que mejore la seguridad”, dijo el representante consular, porque “no es una sino varias ocasiones, varias veces en que se han dado estos secuestros”.

Ésa es una novedad: los sayones ahora atacan por nacionalidad u origen.

Álvaro Ibarra complicó el problema. Seguramente, el secretario general de gobierno no ha leído –aparte de sus textos universitarios, y eso habrá que verlo– un solo libro en su vida. Lo que soltó a los cuatro vientos es para llorar.

Textual: “Quiero decirle a toda la gente, a todos los que radican en Nuevo León, los extranjeros, que aquí estamos trabajando en el tema de la seguridad y no vamos a dar un milímetro atrás en el tema”.

Ozú: Tenemos un vicegobernador –lo es, en la práctica— que no sabe hablar.

Pie de página

Unos cincuenta hombres armados, algunos de ellos en vehículos con logos de la Armada, pusieron sitio a varias comunidades de la sierra de Guerrero y levantaron a catorce personas. Habitantes de caseríos en los municipios de Heliodoro Castillo y Leonardo Bravo, dijeron que desde las primeras horas del miércoles, denunciaron los hechos ante autoridades civiles y militares.
Hasta el mediodía del jueves no habían recibido ayuda.

Las citadas municipalidades están en el sector de Filo de Caballo, corredor de droga y guarida de sicarios desde hace mucho. El Estado mexicano no controla el territorio nacional, y la estrategia del nuevo gobierno no da buenos resultados.

Peña Nieto se sentirá satisfecho de sí mismo, pero los mexicanos pagamos con sangre los errores y la corrupción de la cúpula política.